Comunicados de prensa
4 febrero 2014
El nuevo arresto hoy de otro activista medioambiental en la región rusa de Krasnodar, donde se inaugurarán los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi el 7 de febrero, así como su breve detención anoche junto con cinco de sus colegas, confirman los crecientes esfuerzos por reprimir a la sociedad civil antes de los Juegos, ha declarado Amnistía Internacional.
Igor Kharchenko, de la ONG rusa Vigía Ambiental del Cáucaso Septentrional (Ecologicheskaya Vakhta po Severnomu Kavkazu) está bajo custodia de la policía en Krasnodar, la capital de la región, a donde habían llegado los activistas con motivo del relevo de la antorcha olímpica. Kharchenko ha sido detenido hoy con el pretexto de que su automóvil había estado “implicado en un delito”, poco después de que tres hombres enmascarados rompieran los cristales delanteros y traseros del vehículo.
“Apenas a unos días de la inauguración oficial de los Juegos Olímpicos de Sochi, las autoridades rusas están empleando todas las tretas posibles para amordazar la libertad de expresión y silenciar las voces disidentes”, afirmó Sergei Nikitin, director de la Oficina de Moscú de Amnistía Internacional.
Kharchenko es uno de los seis activistas de Vigía Ambiental que permanecieron detenidos varias horas anoche en Krasnodar y que finalmente fueron puestos en libertad. Los activistas se vieron obligados a renunciar a sus planes de presentar en Sochi su informe, en el que denunciaban los daños causados al medio ambiente por las obras de construcción realizadas para los Juegos.
Su detención se produjo el mismo día que otro ecologista, Yevgeny Vitishko, era detenido en la ciudad de Tuapse, en la misma región de Krasnodar, y condenado a 15 días de detención administrativa, supuestamente por pronunciar palabras soeces en público.
“Esta serie de actos de hostigamiento contra activistas de la sociedad civil no presagia nada bueno para las próximas semanas y hace temer que los Juegos de Sochi sean una “zona sin derechos humanos”. Más preocupante aún es lo que les sucederá a los activistas rusos tras la entrega de las medallas olímpicas, cuando desaparezca la atención internacional”, añadió Sergei Nikitin.
“Silenciar a la sociedad civil no aumenta la seguridad en torno a los Juegos de Sochi y, por el contrario, da a conocer al mundo el fracaso estrepitoso de las autoridades rusas a la hora de hacer cumplir y proteger las normas internacionales de derechos humanos.”