COMUNICADO DE PRENSA
21 de febrero de 2014
La sentencia condenatoria conocida hoy contra los acusados en el juicio por la protesta de la plaza Bolotnaya es una injusticia reprobable, ha afirmado Amnistía Internacional.
En un juicio que ha sido claramente una farsa, un tribunal de Moscú ha declarado culpables a ocho acusados en el caso Bolotnaya. Está previsto que las condenas se anuncien el próximo lunes.
Según la información recibida, casi 200 personas –simpatizantes pacíficos y periodistas– que se habían dado cita en las inmediaciones del tribunal de Moscú durante el juicio fueron detenidos por la policía. Entre ellos se encontraba Vladimir Akimenkov, ex acusado en el caso y preso de conciencia. Algunos de estos detendos han sido puestos en libertad pero se cree que se les impondrán multas de hasta 30.000 rublos (cerca de 800 dólares estadounidenses) por participar en una “concentración no autorizada”.
“Lo que ocurrió en la plaza Bolotnaya el 6 de mayo de 2012 no fue la disolución de un disturbio, sino la aniquilación de una protesta. El juicio del caso Bolotnaya no ha expuesto una violencia orquestada, sino un sistema de justicia penal completamente maleable a los dictados de sus jefes políticos”, ha afirmado John Dalhuisen, director del Programa de Europa y Asia Central de Amnistía Internacional.
“Los acusados tuvieron que soportar el abuso en el uso de la fuerza por parte de la policía. Algunos de ellos intentaron evitar la violencia; otros, protegerse, y un número menor de ellos, simplemente estaba en el lugar inadecuado en el momento inoportuno. Pero todos ellos son víctimas de un juicio-farsa de motivación política.
“Contrariamente a la versión oficial, no se trató de una protesta masiva. Hubo violencia, pero la mayor parte de ella fue a manos de la policía. Y, sin embargo, hasta la fecha no ha habido ni un sólo agente de policía que haya sido puesto a disposición de la justicia por estos abusos.”
Amnistía Internacional pide la liberación inmediata e incondicional de Artiom Saviolov, Stepan Zimin, Denis Lutskevich, Aleksey Polikhovich, Sergey Krivov y Yaroslav Belousov. Todos ellos son presos de conciencia, y todos los cargos que se les imputan deben retirarse. Aleksandra Dukhanina (Naumova) y Andrey Barabanov, otros dos acusados, se hallan sometidos a la misma situación de injusticia, y deben anularse las condenas que se les han impuesto por cargos de participación en disturbios masivos.
Las sentencias del caso Bolotnaya forman parte de una campaña de mayor envergadura de represión de la libertad de expresión, asociación y reunión, desde que Vladimir Putin retomara la presidencia del país el 7 de mayo de 2012. La protesta de Bolotnaya tuvo lugar el día anterior en contra de su controvertida vuelta al poder.
Amnistía Internacional insta a las autoridades rusas a derogar toda legislación aprobada con posterioridad al retorno de Vladimir Putin a la presidencia y que restringe el derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión.
Información complementaria
Cientos de personas que se manifestaban pacíficamente contra el gobierno fueron detenidas durante una protesta que tuvo lugar en la plaza de Bolotnaya el 6 de mayo de 2012, y que la policía dispersó haciendo un uso excesivo e ilegítimo de la fuerza.
Posteriormente se iniciaron procedimientos judiciales contra 28 personas. Aunque la manifestación era mayoritariamente pacífica y la violencia se dio sólo en determinadas zonas y afectó a un pequeño número de manifestantes, las autoridades describieron los hechos como «disturbios masivos», lo que les permitió presentar cargos más graves contra los acusados.
Véase también:
Russia: Anatomy of injustice: The Bolotnaya square trial