Millones de personas en todo el mundo seguirán sufriendo las letales consecuencias de un comercio global de armas mal regulado hasta que muchos más gobiernos actúen con rapidez para que el Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA) entre en vigor; así lo advierte Amnistía Internacional un año después de la adopción del Tratado por abrumadora mayoría en la Asamblea General de la ONU.
El 2 de abril de 2013, un total de 155 Estados votaron en la Asamblea General de la ONU a favor de adoptar el TCA y desde entonces lo han firmado 118 Estados, indicando su disposición a incorporarlo finalmente a su legislación nacional. Pero 43 Estados que apoyaron entonces la adopción del Tratado todavía no han dado ningún paso (véase la lista infra).
“Hay un número excesivo de gobiernos que lo están demorando. La lista de las 43 firmas que faltan está formada principalmente por países donde los conflictos armados, la represión violenta y la violencia armada son más frecuentes; pero son precisamente esos Estados los que más pueden beneficiarse del Tratado. Es un gran fracaso de liderazgo político”, ha dicho Brian Wood, director de la campaña Armas bajo Control y Derechos Humanos de Amnistía Internacional.
“Resulta llamativo que Kenia, que estaba entre los Estados que inicialmente pidieron a la ONU que respaldara el TCA, ni siquiera haya firmado el Tratado.”
Aunque 17 de los 28 Estados miembros de la Unión Europea ratificarán el Tratado en la ONU el 2 de abril de 2014, el número total seguirá sin alcanzar las 50 ratificaciones que hacen falta para que el tratado entre en vigor. Hasta ahora, sólo 13 Estados han ratificado el TCA en todo el mundo.
El TCA contiene una serie de disposiciones dirigidas a reforzar la protección de los derechos humanos de cientos de millones de personas cuyas vidas y medios de subsistencia se ven amenazados por la proliferación y el abuso de las armas convencionales.
Si se aplica con eficacia y firmeza, el TCA terminará con la afluencia de armas a países donde se sabe que se destinarían a cometer o facilitar actos de genocidio, crímenes de lesa humanidad o crímenes de guerra. Una aplicación estricta del TCA también obligará a los Estados a evaluar el riesgo de transferir armas a otro país, ya que han acordado que la transferencia no se llevará a efecto si existe un riesgo manifiesto de que las armas se utilicen para cometer o facilitar violaciones graves del derecho internacional de los derechos humanos o del derecho internacional humanitario.
Varios países –España, Bélgica, Alemania, México, Noruega, Serbia, Islandia, Costa Rica, Antigua y Barbuda, y Trinidad y Tobago– han declarado que van a aplicar las disposiciones de derechos humanos del Tratado incluso antes de su entrada en vigor.
Pero a Amnistía Internacional le preocupa el hecho de que algunos Estados, entre ellos varios miembros de la UE, al parecer continúan transfiriendo armas a países donde hay un riesgo manifiesto de que se utilicen para cometer abusos y violaciones graves de derechos humanos. Por ejemplo, la República Checa ha enviado muy recientemente (en diciembre de 2013) decenas de miles de armas de fuego a las fuerzas de seguridad egipcias, que han matado a cientos de personas en las manifestaciones que sucedieron al derrocamiento del presidente Mohamed Morsi por los militares.
“Si los Estados de la UE que ahora ratifican el Tratado sobre el Comercio de Armas piensan que pueden seguir, como de costumbre, suministrando instrumentos letales a autores persistentes de gravísimas violaciones de derechos humanos, la eficacia del Tratado estará condenada desde el principio”, ha dicho Brian Wood.
Amnistía Internacional seguirá haciendo campaña para que todos los Estados firmen, ratifiquen y apliquen rigurosamente el TCA. Para que el tratado se constituya en una norma verdaderamente universal de limitación de las armas, grandes productores de armamento que se mantienen escépticos como Canadá, Israel y Estados Unidos, e importadores como Pakistán y Ucrania, tendrán que ratificarlo junto con el resto de esos 43 países que van rezagados. Están entre los 155 Estados que el año pasado votaron a favor de adoptar el tratado en la Asamblea General de la ONU.
Según las previsiones de diplomáticos, China y la Federación Rusa, dos importantes exportadores de armas que se abstuvieron en la votación del año pasado, firmarán el Tratado cuando un gran número de Estados lo haya hecho.
Información complementaria
Al menos 500.000 personas mueren cada año por término medio y varios millones más sufren desplazamientos y abusos a causa del conflicto y la violencia armada.
Desde principios de la década de 1990, Amnistía Internacional hace campaña en favor de que se adopten unas normas globales sobre transferencias internacionales de armas que sean sólidas y jurídicamente vinculantes, para frenar la circulación de municiones y armas convencionales que fomentan las atrocidades y los abusos. Millones de personas en todo el mundo pidieron a los gobiernos que acordaran un Tratado sobre el Comercio de Armas firme y con sólidas normas para proteger vidas.
Cuando el TCA esté en vigor, los Estados tendrán prohibido transferir armas convencionales a países en los que sepan que esas armas se utilizarían para cometer o facilitar graves abusos contra los derechos humanos, incluidos actos de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. Todos los Estados Partes tendrán la obligación de realizar evaluaciones objetivas para evitar el riesgo fundamental de que el armamento transferido se destine a cometer violaciones graves de derechos humanos.
El tratado entrará en vigor a los 90 días de completarse 50 ratificaciones. Amnistía Internacional y sus asociados en la causa siguen presionando a todos los gobiernos para que firmen, ratifiquen y apliquen estrictamente el Tratado y lo hagan cuanto antes.
Estados de todas las regiones del mundo firmaron el TCA al poco tiempo de su apertura a la firma, el 3 de junio de 2013, entre ellos cuatro de los primeros productores y exportadores de armas mundiales –Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos–, que lo firmaron en septiembre de 2013.
Estados que votaron “sí” al TCA pero todavía no lo han firmado o ratificado (43 en total):
Afganistán, Andorra, Argelia, Azerbaiyán, Botsuana, Brunéi, Bután, Camerún, Canadá, Eritrea, Etiopía, Gambia, Georgia, Irak, Islas Marshall, Islas Salomón, Israel, Jordania, Kazajistán, Kenia, Kirguistán, Líbano, Maldivas, Marruecos, Mauricio, Micronesia, Mónaco, Namibia, Nepal, Pakistán, Papúa Nueva Guinea, República Centroafricana, República Democrática del Congo, San Marino, Singapur, Somalia, Tailandia, Timor Oriental, Tonga, Túnez, Turkmenistán, Uganda y Ucrania.
Estados que ya han ratificado el TCA en el momento de redactarse este documento (31 en total, incluidos los que está previsto que lo ratifiquen el 2 de abril de 2014, señalados en negrita)
Albania, Alemania, Antigua y Barbuda, Bulgaria, Costa Rica, Croacia,Dinamarca, El Salvador, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Ex República Yugoslava de Macedonia, Finlandia, Francia, Granada, Guyana, Hungría, Irlanda, Islandia, Italia, Letonia, Malí, Malta, México, Nigeria, Noruega, Panamá, Rumania, Trinidad y Tobago y Reino Unido.