Comunicados de prensa
31 marzo 2014
• Más de 1.500 personas han muerto en los primeros tres meses de 2014
• La situación en el noreste de Nigeria se ha ido agravando hasta convertirse en un conflicto armado no internacional
• Amnistía Internacional documenta un panorama constante de homicidios a manos de Boko Haram y ejecuciones extrajudiciales (sumarias) a manos de las fuerzas de seguridad nigerianas
La escalada de ataques de Boko Haram y represalias incontroladas de las fuerzas de seguridad de Nigeria ha hecho que el saldo de muertes en el noreste de Nigeria se eleve al menos a 1.500 personas –más de la mitad de ellas civiles– en los primeros tres meses de 2014, afirma Amnistía Internacional en un informe publicado hoy.
“La escalada de la violencia en el noreste de Nigeria en 2014 ha degenerado en una situación de conflicto armado no internacional donde todas las partes violan el derecho internacional humanitario. Instamos a la comunidad internacional a que garantice investigaciones independientes y sin demora de actos que pueden constituir crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”, ha dicho Netsanet Belay, director de Investigación y Relaciones Institucionales para África en Amnistía Internacional.
“Más de 1.500 muertes en tres meses indican un deterioro alarmante de la situación. La comunidad internacional no puede seguir mirando hacia otro lado ante las ejecuciones extrajudiciales, los ataques contra la población civil y otros crímenes de derecho internacional a gran escala. El círculo vicioso de violaciones y represalias se está acelerando y la población civil está pagando un elevado precio.”
Más de la mitad de los homicidios han sido obra de miembros del grupo armado islamista Boko Haram, incluidos los de decenas de niños y niñas en edad escolar que han sido víctimas de ataques deliberados.
Amnistía Internacional ha documentado los homicidios perpetrados por Boko Haram y por las fuerzas de seguridad de Nigeria en enero, febrero y marzo de 2014. El punto culminante se alcanza el 14 de marzo con la brutal represión de las fuerzas de seguridad contra detenidos que habían sido liberados.
Ese día, hombres armados de Boko Haram atacaron el cuartel del ejército de Giwa, situado en la ciudad de Maiduguri (estado de Borno). Según los informes, los atacantes se abrieron paso a disparos hasta la zona del cuartel donde se encontraban los detenidos y liberaron a varios cientos de ellos. Amnistía Internacional ha recibido pruebas creíbles de que, al recuperar el control, el ejército ejecutó extrajudicialmente a más de 600 personas en varios lugares de Maiduguri, la mayoría de ellas detenidos que habían vuelto a ser capturados y estaban desarmados.
Amnistía Internacional ha compuesto varias secuencias de la película de los hechos que siguieron al ataque del 14 de marzo de Maiduguri. Se ha basado en entrevistas con residentes en la localidad, abogados, activistas de derechos humanos y personal de centros hospitalarios de toda la ciudad, así como en las imágenes de satélite que muestran tres posibles fosas comunes en una zona de Maiduguri.
“La magnitud de las atrocidades cometidas por Boko Haram es realmente terrible y crea un clima de temor e inseguridad, pero esto no puede utilizarse para justificar la brutalidad de la respuesta que sin duda están dando las fuerzas de seguridad de Nigeria”, ha afirmado Netsanet Belay.
Entre los testimonios reunidos por Amnistía Internacional están los de unos testigos que describieron lo que había sucedido cuando los militares hallaron a 56 personas que habían escapado del cuartel de Giwa.
“Los detenidos que habían escapado estaban en un aula y comenzaron a gritar: ‘¡No somos de Boko Haram! ¡Somos detenidos!’ Mis vecinos y yo vimos cómo los soldados se los llevaban a un lugar llamado “tierra de nadie”, situado detrás de la Universidad de Maiduguri, y abrían fuego contra ellos, matándolos a todos. Los mataron delante de nosotros. A todos ellos.”
En Jiddari Polo, también en Maiduguri, otros testigos describieron cómo miembros de la Fuerza Especial Conjunta Civil habían vuelto a detener a detenidos liberados y los habían entregado al ejército. Fueron ejecutadas más de 190 personas, muchas de las cuales no pudieron ni correr debido a su estado de debilidad.
“Vi cómo los soldados le decían a la gente que se tumbara en el suelo. Los miembros de la Fuerza Especial Conjunta Civil mantuvieron una pequeña discusión con los soldados, que hicieron algunas llamadas y, pocos minutos después, empezaron a disparar los que estaban tumbados. Conté 198 personas muertas en ese punto de control.”
Dada la evidente falta de voluntad y capacidad de Nigeria para investigar y procesar a los perpetradores de estos crímenes, Amnistía Internacional pide a la Comisión Africana y a la ONU que ayude a este país a investigar unos actos que pueden constituir crímenes de guerra y de lesa humanidad, perpetrados tanto por Boko Haram como por las fuerzas de seguridad nigerianas en el noreste del país.
“La ejecución sumaria de estos detenidos equivale a una ejecución extrajudicial y es un delito de derecho internacional. Estos homicidios son la consecuencia de una consolidada constante de muertes bajo custodia de detenidos en relación con la situación en el noreste”, ha dicho Netsanet Belay.
“La comunidad internacional, y en particular la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, debe garantizar, con carácter de urgencia, que se llevan a cabo investigaciones exhaustivas, imparciales y transparentes sobre estas denuncias de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en Nigeria”.
Amnistía Internacional pide también a la Unión Africana (UA), la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) y el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana que evalúen de inmediato la situación de conflicto en el noreste de Nigeria y proporcionen apoyo pleno y eficaz para poner fin a estos actos de violencia contra la población civil, además de condenar enérgicamente los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad que están cometiendo todas las partes en el conflicto.
“Al asumir Nigeria el mes que viene la presidencia del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana, esta organización debe preguntarse seriamente hasta qué punto sus Estados miembros están cumpliendo los compromisos de defender los principios de la Unión Africana y respetar el Estado de derecho y los derechos humanos”, ha dicho Netsanet Belay.