Nigeria: Activistas de Amnistía destapan negligencia grave de las gigantes del petróleo Shell y Eni

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Un proyecto de investigación pionero de Amnistía Internacional ha encontrado indicios de negligencia grave por parte de las gigantes del petróleo Shell y Eni, cuya gestión irresponsable de los vertidos de petróleo en el delta del Níger está agravando una crisis medioambiental.

Por medio de la red Decoders (Descodificadores/as), innovadora plataforma desarrollada por Amnistía Internacional para la investigación en materia de derechos humanos mediante colaboración colectiva, la organización captó a miles de simpatizantes y activistas para reunir datos sobre los vertidos de petróleo en el delta del Níger. La información reunida fue analizada luego por personal de investigación de Amnistía Internacional y verificada por Accufacts, especialista independiente en oleoductos.

A partir de estos datos públicos, Amnistía Internacional ha determinado que Shell y Eni tardan semanas en responder a los avisos sobre vertidos y publican datos engañosos sobre la causa y la gravedad de los vertidos, lo que puede impedir que las comunidades reciban una indemnización.

“Shell y Eni afirman que hacen todo lo que pueden para prevenir los vertidos de petróleo, pero la investigación de Decoders indica que no es así. La red ha determinado que las empresas hacen a menudo caso omiso de los avisos sobre vertidos durante meses enteros, hasta el punto de que en una ocasión Eni tardó más de un año en responder. El delta del Níger es uno de los lugares más contaminados de la Tierra y cuesta creer que las empresas responsables estén todavía dando muestra de tal grado de negligencia”, ha señalado Mark Dummett, investigador de Amnistía Internacional sobre empresas y derechos Humanos.

“Para colmo, Shell y Eni parecen estar publicando información poco fiable sobe la causa y la magnitud de los vertidos. La población del delta del Níger Delta lleva demasiado tiempo pagando el precio de la temeridad de Shell y Eni. Gracias a Decoders, estamos más cerca de conseguir que estas empresas rindan cuentas.”

Amnistía Internacional ha pedido ya al gobierno nigeriano que reabra las investigaciones sobre 89 vertidos de petróleo.

Qué ha hecho Decoders

Decoders ha reunido información sobre el contenido de los informes que Shell y Eni publican cada vez que visitan un vertido de petróleo. En estos informes se detalla la causa, el lugar y la magnitud de los daños, y suelen contener fotografías. Son importantes, porque las empresas pagan la indemnización a las comunidades afectadas basándose en esta información.

Investigaciones anteriores de Amnistía Internacional revelaron que la información de estos informes suelen ser inexacta. Por ejemplo, Shell minimizó exageradamente la cantidad de petróleo derramado en la localidad pesquera de Bodo entre 2008 y 2009. Con la ayuda de Amnistía Internacional, la comunidad de Bodo entabló finalmente acciones legales y obligó a Shell a reconocer la cantidad real vertida y a pagar 55 millones de libras esterlinas en concepto de indemnización.

Para ayudar a otras comunidades como Bodo, Amnistía Internacional necesitaba analizar grandes cantidades de datos públicos sobre los vertidos de petróleo y captar a activistas de todo el mundo para que la ayudaran. En total participaron en la iniciativa Descodifica los Vertidos de Petróleo 3.545 personas de 142 países. Respondieron a 163.063 preguntas individuales sobre informes y fotografías y trabajaron 1.300 horas, el equivalente a ocho meses de trabajo de una persona a jornada completa.

Qué encontró Decoders

El trabajo de Decoders ayudó a Amnistía Internacional a confirmar dos cosas principales:

  1. Shell y Eni publican información engañosa

Desde 2011, Shell ha notificado 1.010 vertidos, con 110.535 barriles (o 17,5 millones de litros) perdidos a lo largo de su red de oleoductos y pozos. Desde 2014, Eni ha notificado 820 vertidos, con 26.286 barriles (o 4,1 millones de litros) perdidos.

Shell y Eni afirman que la mayoría de los vertidos de Nigeria están provocados por robos y sabotajes.

Esta afirmación no convence a las comunidades del delta del Níger, que se arriesgan a perder la indemnización si las empresas atribuyen los vertidos a la actividad de terceros. Investigaciones previas de Amnistía Internacional sacaron a la luz casos de vertidos que las empresas habían catalogado mal.

Por estas razones, Amnistía Internacional pidió a Decoders que revisara y describiera todas las fotografías de vertidos publicadas por Shell y Eni y pusiera de relieve todo lo que pareciera raro.

La red identificó al menos 89 vertidos (46 de Shell y 43 de Eni) en los que había razones para dudar de la causa indicada por las petroleras.*

Por ejemplo, Decoders encontró fotografías que indicaban que vertidos que parecían haber sido provocados por la corrosión se habían atribuido a robo. Si se confirma esta conclusión, podría suponer que decenas de comunidades afectadas no han recibido la indemnización que se merecen.

  1. No responden con suficiente rapidez a los avisos sobre vertidos

La normativa del gobierno nigeriano dispone que las empresas deben visitar el lugar del vertido en el plazo de 24 horas desde el momento en que reciben el aviso.

El análisis de los documentos de las empresas revela que Shell respondió al vertido en menos de 24 horas sólo en el 26% de los casos, mientras que Eni lo hizo en el 76% de los casos. Los datos muestran también que la respuesta de Shell a los vertidos se ha vuelto más lenta con el tiempo, aun cuando el número de vertidos comunicados se ha reducido. En una ocasión tardó 252 días en visitar el lugar del derrame.

“La normativa del gobierno tiene su razón de ser. Cuanto más tarden las empresas en responder a los vertidos, mayor será el riesgo de que el petróleo se extienda hasta las fuentes de agua y alimento, y Shell lo sabe. No sería tan irresponsable si su petróleo se vertiera en tierras europeas”, ha afirmado Mark Dummett.

La respuesta más lenta se registró, con diferencia, cuando Eni tardó nada menos que 430 días en responder a un vertido en el estado de Bayelsa. La petrolera dijo a Amnistía Internacional que el retraso se había debido a que la comunidad local se había negado a darle permiso para visitar el lugar, aunque esta información no se comunicó en ese momento. Cuando se presentó allí por fin, Eni calculó la cantidad de petróleo vertido midiendo la superficie donde la contaminación era visible, que equivalía a cuatro barriles.

Amnistía Internacional consultó a la especialista en oleoductos Accufacts, que verificó que esta cifra no era creíble, poniendo así de relieve el problema de cómo se miden los vertidos.

“La irrisoria afirmación de Eni de que en el curso de un año sólo se habían derramado cuatro barriles de petróleo demuestra la necesidad urgente de mejorar la normativa. El petróleo que se vierte en las marismas y los ríos se vuelve rápidamente invisible, pero no por ello deja de ser dañino. Una rápida evaluación visual no es una medición exacta de la contaminación, y es probable que este método esté siendo causa de infravaloraciones generalizadas”, ha añadido Mark Dummett.

“Consideramos que Shell y Eni son deliberadamente temerarias y, por consiguiente, negligentes a sabiendas en sus operaciones en Nigeria, que —al no realizarse de conformidad con la legislación nigeriana y las normas de buenas prácticas— están teniendo efectos devastadores en los derechos humanos de las comunidades del delta del Níger.”

“Decoders es el poder de la gente llevado al máximo. Dedicando sólo unos minutos de su tiempo, el gran número de activistas de la red nos ayudan a hacer rendir cuentas a estas gigantes del petróleo.”

Recomendaciones

Amnistía Internacional presentará al gobierno de Nigeria las conclusiones de la iniciativa Descodifica los Vertidos de Petróleo y le pedirá que mejore significativamente su normativa sobre la industria petrolera. Esta mejora incluye garantizar que el organismo oficial que se ocupa de los vertidos de petróleo, NOSDRA, cuenta con los instrumentos necesarios para asegurarse de que las empresas toman todas las medidas razonables para limpiar los vertidos.

Los Estados sede de Shell y Eni —Reino Unido, Países Bajos e Italia— también tienen importantes funciones que desempeñar. Deben intensificar su apoyo al gobierno nigeriano y exigir por ley que las empresas extractivas que tienen su sede en ellos adopten medidas de diligencia debida en materia de derechos humanos.

Información complementaria

*Amnistía Internacional sólo trató las respuestas sobre la causa como causa verificada cuando la mayoría de las personas integrantes de Decoders llegaron a la misma conclusión.

Antes de la publicación, Amnistía Internacional escribió a Eni y a Shell para darles la oportunidad de responder a las conclusiones. La organización analizó con detalle las respuestas de las empresas y tomó debidamente en cuenta la información ofrecida para actualizar sus conclusiones. Shell manifestó que las acusaciones de Amnistía Internacional son falsas, carecen de fundamento y no reconocen el entorno complejo en que desarrolla sus operaciones. Eni dijo que rechazaba las conclusiones de que no tomaba con prontitud medidas para impedir la contaminación y proporcionaba información poco fiable y engañosa. Las cartas de respuesta de Shell y Eni se pueden consultar en: https://amnesty.box.com/s/7uc34ytia39xsilrv125jfwnazlggpph

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