Tres hombres detenidos en la plaza Bolotnaya, en Moscú, se han convertido en símbolo de la reciente represión de las protestas políticas pacíficas por el presidente Putin.
Decenas de miles de manifestantes salieron a las calles de Moscú la víspera de la tercera investidura de Vladimir Putin como presidente de Rusia, el 6 de mayo de 2012.
Tenían previsto recorrer el centro de la ciudad hasta una concentración de la oposición en la plaza Bolotnaya, cerca del Kremlin. Las autoridades locales habían dado el visto bueno a la marcha y a la concentración.
En el último momento, la policía bloqueó una de las dos entradas a la plaza acordadas, por lo que se formó una gran aglomeración. A medida que los manifestantes se acercaban al cordón policial, la presión y la tensión aumentaban. Los manifestantes rompieron finalmente el cordón policial y comenzaron los enfrentamientos.
Cientos de personas fueron detenidas en todo Moscú ese día, y 13 están actualmente en espera de juicio. Entre ellas figuran Vladimir Akimenkov, Artiom Saviolov y Mikhail Kosenko. Estos hombres no se conocían previamente, pero sus historias han seguido desde entonces un camino semejante.
Liberados el 7 de mayo, fueron detenidos de nuevo en junio y están privados de libertad desde entonces. Los tres fueron acusados formalmente de participar en «disturbios masivos». Artiom Saviolov y Mikhail Kosenko fueron acusados también de violencia contra agentes de policía.
Amnistía Internacional considera que los tres son presos de conciencia.
Mikhail Kosenko afirma que se hallaba en la primera fila de manifestantes cuando un agente de policía fue atacado violentamente y cayó sobre él. Mikhail se quitó de encima al agente, sin recurrir a la violencia. Esto concuerda con las imágenes de vídeo. Aun así, las autoridades lo acusan de propinar golpes y patadas al agente, que más tarde dijo que nunca había visto a Mikhail antes.
Mikhail padece una enfermedad mental y es muy vulnerable. Se cree que su estado ha empeorado drásticamente, y que no recibe la medicación que necesita. En fechas recientes se le denegó permiso para asistir al funeral de su madre.
En octubre, un tribunal de Moscú ordenó que Mikhail recibiera tratamiento psiquiátrico forzoso, aunque llevaba un decenio siguiendo con éxito un tratamiento como paciente externo. Podrían privarle de libertad indefinidamente. No pertenece a ningún grupo o partido político y nunca había sido acusado de violencia con anterioridad.
Vladimir Akimenkov es un activista del movimiento opositor Frente de Izquierda. Fue detenido unos minutos después de que los manifestantes rompieran el cordón policial. Cree que fue detenido porque es muy conocido por la policía como activista político. Imágenes de vídeo muestran con claridad que estaba delante del cordón policial, sin romperlo y sin recurrir a la violencia.
La única prueba en su contra parece ser la afirmación de un agente de policía de que Vladimir arrojó el mástil de una bandera que golpeó a otro agente. Este testimonio inicialmente impreciso cambió de forma sustancial seis meses después y se volvió mucho más detallado que en la versión original.
Vladimir tenía una grave afección ocular antes de su detención, que se ha deteriorado después. Su abogado y su familia están profundamente preocupados por sus condiciones de reclusión, y temen que pueda quedarse ciego en breve.
Artiom Saviolov Artiom Saviolov fue detenido inmediatamente después de que se rompiera el primer cordón policial. Afirma que lo traspasó porque lo empujaron, y las imágenes de vídeo parecen corroborarlo.
Está acusado formalmente de usar la fuerza para impedir que un agente de policía detuviera a otro manifestante y de gritar “abajo el Estado policial”. Artiom Saviolov niega con firmeza las dos acusaciones, y dice que procuró activamente evitar todo contacto con la policía. Dado que padece un grave trastorno del habla, le resulta difícil hablar, y mucho más gritar consignas.
Artiom no pertenece a ningún grupo o partido político. Lo único que hizo fue acudir a la plaza Bolotnaya, junto con miles de personas, para participar en una protesta autorizada contra los controvertidos resultados de las elecciones presidenciales de Rusia.