Comunicados de prensa
16 enero 2014
La conferencia de paz sobre Siria Ginebra II ha ir dirigida a poner fin con urgencia al sitio que mantiene el gobierno sobre varias localidades controladas por la oposición, donde la población civil está muriendo de hambre, ha manifestado Amnistía Internacional.
La organización insta al gobierno y a los grupos de oposición a que se comprometan a proporcionar acceso sin restricciones a las organizaciones humanitarias que actúan en toda Siria durante las conversaciones que comenzarán el 22 de enero en Suiza bajo los auspicios de la ONU.
“En los últimos días han aparecido imágenes desgarradoras de poblaciones sirias sitiadas, con niños escuálidos y figuras esqueléticas y de piel amarillenta –ha señalado Phillip Luther, director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África–. La grave crisis humanitaria de Siria se está extendiendo a un ritmo abrumador. Instamos a todos los Estados participantes en las conversaciones de Ginebra II, a la ONU, al gobierno sirio y a la Coalición Nacional Siria a que den la máxima prioridad a aliviar el sufrimiento de la población del país.”
“Si la conferencia de paz se desarrolla según lo previsto, brindará a ambos bandos una oportunidad extraordinaria de hacer avances de vital importancia en materia de derechos humanos. Los participantes en Ginebra II deben garantizan que los derechos humanos son el punto principal de la agenda y no se sacrifican en nombre de ningún acuerdo político.”
El gobierno sirio ha obstaculizado el envío de ayuda de vital importancia a la población civil de Damasco y sus alrededores, incluido el campo de refugiados palestinos de Al Yarmuk, donde desde julio del años pasado se ha registrado la muerte de al menos 49 personas, entre ellas 17 mujeres y niñas, en algunos casos de hambre. Un enfermero de un hospital local ha contado a Amnistía Internacional que, desde mediados de noviembre de 2013, cuando las fuerzas del gobierno se hicieron con el control de una zona próxima al campo, varios civiles han muerto por disparos de francotiradores al salir a buscar alimentos por las tierras de cultivo circundantes.
“Todos los días recibimos a unas cuatro personas, probablemente la mitad de ellas mujeres, que han sido alcanzadas por disparos de francotiradores al salir a recoger plantas y hierbas por los alrededores –explica–. Las mujeres dicen que prefieren arriesgar la vida con tal de salvar a sus hijos. Una vez nos trajeron a un adolescente, de 16 o 17 años, muerto por disparos. Su padre le decía: ‘Mueres por traer hojas de hibisco para tus hermanos’. Fue terrible”.
Los bloqueos impuestos a Moadamiya y el este de la región de Guta y otras zonas también han dejado a la ya desesperada población civil atrapada y víctima de una escasez extrema de alimentos y medicinas. El mes pasado, la jefa de asuntos humanitarios de la ONU, Valerie Amos, calculó que en las zonas sitiadas había más 250.000 personas fuera del alcance de las operaciones de ayuda.
Un civil atrapado en Moadamiya ha contado a Amnistía Internacional lo siguiente: “Me despertaba por lo noche y bebía agua varias veces con la esperanza de tener menos hambre por la mañana […] no hay nada para comer.” A pesar de una tregua alcanzada por las fuerzas del gobierno sirio y los grupos armados de oposición en Moadamiya en diciembre del año pasado, la ayuda humanitaria que se ha permitido enviar hasta ahora a la ciudad no ha sido en absoluto suficiente y no ha incluido productos nutritivos como fruta y verdura.
“El gobierno sirio está castigando cruelmente a los civiles que viven en zonas controladas por la oposición. Dejar morir de hambre a la población civil como método bélico es un crimen de guerra. Tienen que levantarse los bloqueos de inmediato; jamás debe utilizarse el acceso a la ayuda humanitaria para obtener ventajas militares o políticas”, ha explicado Philip Luther.
Las autoridades sirias tienen que inspeccionar los alimentos que entran y salen de las ciudades, pero no bloquear el envío de productos básicos, como comida y medicinas. Tanto las fuerzas del gobierno como las de la oposición deben garantizar también de inmediato el libre acceso de los trabajadores que llevan ayuda humanitaria para salvar vidas y poner fin de inmediato a los ataques contra personal médico y humanitario.
Activistas y civiles detenidos
Amnistía Internacional pide a los participantes en Ginebra II, especialmente a los Estados con influencia en el gobierno y los grupos armados de oposición de Siria, que, además de garantizar el acceso humanitario, se aseguren de que se pone en libertad a todos los activistas pacíficos, incluidos los defensores de los derechos humanos, que se encuentran recluidos y a los civiles retenidos como rehenes.
Desde 2011, las fuerzas de seguridad del gobierno han detenido a millares de manifestantes pacíficos partidarios de la oposición. Aunque algunos han sido puestos ya en libertad, en muchos casos los detenidos han muerto torturados o han sido condenados en juicio injustos a cumplir largas penas de cárcel. Otros continúan recluidos sin haber sido aún juzgados.
Majd al-Din al-Kholani, de 25 años, es uno de ellos. Lo detuvieron en 2011, tras haber organizado manifestaciones en Daraya, ciudad situada al suroeste de Damasco, al ofrecer a los soldados sirios botellas de agua con flores como muestra de oposición al uso de la fuerza contra los manifestantes. Continúa recluido en régimen de incomunicación. Amnistía Internacional lo considera preso de conciencia, por lo que, al igual que muchos otros activistas pacíficos, debe ser puesto en libertad de inmediato y sin condiciones, Hace poco, la organización recibió información creíble según la cual se ha transferido su caso a un tribunal militar secreto, que podría condenarlo a muerte o imponerle una larga pena de prisión.
En agosto de 2013, un grupo armado secuestró en pueblos musulmanes predominantemente alauíes a al menos 105 civiles, en su mayoría mujeres niños, con la intención de canjearlos por combatientes de la oposición capturados por el régimen. Lo rehenes continúan retenidos. Los Estados participantes en Ginebra II con influencia en este y otros grupos de oposición similares deben tomar de inmediato medidas para garantizar que esas personas son puestas en libertad sanas y salvas.
“Son demasiadas la personas detenidas, secuestradas o sometidas a desaparición forzada en Siria, cuya suerte sigue sin conocerse. Todo acuerdo alcanzado por los participantes en la conferencia de paz de Ginebra II ha de ir dirigido también a conseguir la liberación de los millares de activistas pacíficos que, como Majd al-Din al-Kholani, han sido detenidos y de todas las personas secuestradas, en especial de las mujeres y los niños”, ha afirmado Philip Luther.
Las voces de las mujeres sirias
Amnistía Internacional pide también que en la conferencia de Ginebra II se proporcione a las mujeres y activistas locales una plataforma desde la que puedan hacer aportaciones efectivas a toda decisión que se tome.
La organización insta a los Estados a que detengan todas las transferencias de armas al gobierno sirio y al Estado Islámico de Irak y El Levante, así como a todo grupo armado de oposición responsable de crímenes de guerra y otros abusos graves contra los derechos humanos.
Amnistía Internacional pide también que se ponga fin a los ataques contra objetivos no militares, efectuados en particular por el gobierno, y que ambos bandos acaben con la práctica generalizada de las ejecuciones sumarias y la tortura. Desde 2011, la organización viene pidiendo al Consejo de Seguridad de la ONU que remita la situación en Siria a la fiscalía de la Corte Penal Internacional.
Para una lista completa de las peticiones de Amnistía Internacional a la conferencia de Ginebra II sobre Siria, véase: http://www.amnesty.org/en/library/info/MDE24/003/2014/en