El anuncio de Kuwait de que decenas de miles de personas apátridas en el país –llamadas “bidún”– podrán obtener la “nacionalidad económica” de la Unión de las Comoras, empobrecido archipiélago situado frente a las costas de África Oriental, es una traición vergonzosa de las obligaciones internacionales de Kuwait en materia de derechos humanos; así lo ha afirmado Amnistía Internacional.
“Es indignante que las autoridades kuwaitíes intenten zanjar el dilatado problema de la condición apátrida de los bidún y su discriminación adquiriendo masivamente la ‘nacionalidad económica’ de otro país”, ha dicho Said Boumedouha, director adjunto del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
“Muchos bidún que residen actualmente en Kuwait nacieron y crecieron en este país. Tienen derecho a la tramitación de sus solicitudes de la nacionalidad kuwaití con prontitud, transparencia e imparcialidad.”
Según la propuesta, los bidún tendrían permiso para permanecer en Kuwait en calidad de ciudadanos extranjeros.
“Aunque esta última promesa puede suponer la regularización de la situación de algunos bidún, no es más que una forma encubierta de evitar resolver el problema de su condición de ciudadanos de Kuwait, que arrastra desde hace tiempo. Lo cierto es que se les ha privado de toda oportunidad de obtener la ciudadanía de Kuwait,” ha dicho Said Boumedouha.
“En vez de jugar con la vida y el futuro de la gente, las autoridades kuwaitíes deberían buscar una solución a largo plazo de este problema, garantizando que todas las personas bidún que solicitan la nacionalidad tienen acceso sin demora a un proceso justo e independiente.”
Más de 100.000 apátridas podrían tener derecho a la nacionalidad kuwaití, pero el gobierno los considera “residentes ilegales”. Al no poder conseguir la nacionalidad, muchos sufren discriminación y no tienen acceso a empleo, asistencia médica y educación. En años recientes han reclamado la nacionalidad kuwaití en manifestaciones que la policía ha disuelto usando fuerza excesiva. Se ha detenido arbitrariamente a cientos de ellos, aunque también se absolvió a varias vecenas.
En octubre de 2012, el primer ministro, Jaber al Sabah, dijo a Amnistía Internacional que el gobierno de Kuwait resolvería el problema de los bidún en el plazo de cinco años. Según informes, Kuwait ha ofrecido una serie de inversiones a la Unión de las Comoras, miembro de la Liga Árabe, a cambio de la adquisición de la “nacionalidad económica” para los apátridas.
Kuwait no permite que sus tribunales revisen la decisiones administrativas por las que han sido desestimadas las solicitudes de nacionalidad. Amnistía Internacional considera que el proceso de naturalización supervisado por el Sistema Central de Kuwait para Resolver la Situación de los Residentes Ilegales es opaco y se basa en criterios inestables. Este órgano adopta habitualmente decisiones arbitrarias y carece de independencia.
“Kuwait debe garantizar que todas las solicitudes de nacionalidad se revisan con prontitud, transparencia e imparcialidad. Todos los bidún residentes en Kuwait deben tener garantizado el acceso a los tribunales u otras instancias independientes para impugnar las decisiones adoptadas por las autoridades”, ha dicho Said Boumedouha.