La comunidad internacional debe organizar con urgencia una respuesta humanitaria concertada para que la ayuda pueda llegar a los cientos de miles de personas en el norte de Irak que huyen de la limpieza étnica que llevan a cabo las fuerzas del Estado Islámico de Irak y al Sham (ISIS), ha afirmado hoy martes Amnistía Internacional.
“Las personas atrapadas en el monte Sinjar constituyen un mínimo porcentaje de los cientos de miles de miembros de comunidades minoritarias desplazadas por el conflicto, ahora abandonadas a su suerte en condiciones terribles”, ha afirmado Donatella Rovera, asesora general sobre respuesta a las crisis de Amnistía Internacional, desde el norte de Irak.
“Estas personas no pueden regresar a sus hogares mientras ISIS controle sus ciudades y poblaciones. Necesitan ayuda ahora.”
La respuesta internacional al desplazamiento en gran escala de civiles de zonas en poder de ISIS ha sido deplorablemente inadecuada hasta la fecha. Incluso los lanzamientos de ayuda desde aviones, a los que se ha dado tanta publicidad, a miembros de la comunidad yazidí abandonados a su suerte en pequeñas localidades del monte Sinjar y rodeados por extremistas de ISIS han resultado en gran medida ineficaces.
“No tenemos nada, no nos ha llegado nada”, dijo a Amnistía Internacional un hombre atrapado en Kocho, una pequeña localidad de la vertiente meridional del monte Sinjar.
“Oímos los aviones a lo lejos pero nadie ha venido hasta nosotros, ni nos han enviado nada. No podemos salir de aquí. ISIS nos capturará y nos matará si lo hacemos. Por el amor de dios, ayúdennos, por favor”.
Cientos de supervivientes del monte y muchas personas que continúan varadas en la zona dijeron a Amnistía Internacional que no les había llegado ninguna ayuda, y según muchos testimonios las botellas de agua lanzadas desde aviones en los últimos días se rompen a menudo a causa del impacto.
Las acciones de asistencia humanitaria también han llegado tarde, cuando muchas personas habían logrado escapar con la ayuda de combatientes kurdos sirios que abrieron un paso seguro en la vertiente noroccidental del monte, cerca de la frontera siria.
“El gobierno central iraquí, el gobierno regional kurdo, los países donantes y los organismos internacionales deben emprender acciones concertadas para proporcionar refugio seguro y asistencia humanitaria a hombres, mujeres, niños y niñas de todos los orígenes que se han visto obligados a huir ante tan feroz brutalidad”, ha afirmado Donatella Rovera.
ISIS ha llevado a cabo ataques sistemáticos contra comunidades minoritarias en el norte de Irak, como las comunidades turcomana y chií shabak, así como contra los cristianos y los yazidíes, con el objetivo de expulsar a las poblaciones no suníes de las zonas que están bajo su control.
“ISIS ha transmitido a las comunidades minoritarias un mensaje inequívoco: convertirse, abandonar la zona o morir. Esto es limpieza étnica”, ha afirmado Donatella Rovera.
“Algunos supervivientes me han contado cómo sus familiares varones fueron arrestados y ejecutados y las mujeres y los niños y niñas de sus familias secuestrados. Algunas familias pertenecientes a una de las minorías de Irak, que viven todavía bajo el dominio de ISIS, me dijeron que hace poco se vieron obligadas a convertirse al islam y no pueden salir de la zona.”
Mientras tanto, ante los ataques aéreos estadounidenses que ahora bombardean posiciones de ISIS y la probable intensificación de los ataques aéreos de las fuerzas iraquíes y estadounidenses contra objetivos de ISIS, los civiles musulmanes suníes que viven en zonas controladas por ISIS temen por su seguridad.
“Millones de musulmanes suníes siguen viviendo en zonas controladas por ISIS, y no necesariamente porque así lo deseen”, ha afirmado Donatella Rovera.
“Varias personas han muerto ya como consecuencia de los ataques de las fuerzas aéreas iraquíes contra estas zonas. La semana pasada, un profesor de la Universidad de Mosul, su esposa y los cuatro hijos de corta edad de la pareja perdieron la vida en uno de estos ataques. Incidentes de esta índole se han repetido en todo el país.
“Todas las fuerzas que operan en la zona deben distinguir siempre entre objetivos militares y población civil; los ataques sólo pueden dirigirse contra objetivos militares. Los ataques indiscriminados están prohibidos por el derecho internacional.”