Irak debe proteger a los periodistas

DECLARACIÓN PÚBLICA

25 de marzo de 2014

Irak - Mohammad Bdaiwi al Shammari - periodista

Amnistía Internacional condena enérgicamente el asesinato del periodista Mohammad Bdaiwi al Shammari y pide a las autoridades iraquíes que hagan todo lo posible para garantizar que los trabajadores de los medios de comunicación pueden realizar su cometido sin temor a represalias, intimidación y muerte. La organización expresa asimismo su preocupación por una declaración realizada por el primer ministro iraquí a raíz del asesinato.

El 22 de marzo, Mohammad Bdaiwi al Shammari, director de la Oficina de Bagdad de Radio Free Iraq y profesor universitario, murió por los disparos efectuados por un miembro de la Guardia Presidencial kurda en Bagdad después de que aparentemente se le negara el acceso al complejo presidencial, lo que desembocó en una discusión. Al parecer, el guardia huyó del lugar, aunque fue detenido posteriormente. El primer ministro iraquí Nuri al Maliki reaccionó al homicidio afirmando: “Asumo la responsabilidad de vengar esta muerte, y la sangre sólo puede pagarse con sangre” cuando llegó al lugar de los hechos. Amnistía Internacional considera que esta declaración representa un desprecio total al Estado de derecho y pide a las autoridades que se aseguren de que la persona responsable de la muerte de Mohammad Bdaiwi al Shammari recibe un juicio justo con arreglo a las normas internacionales y sin recurso a la pena de muerte.

La declaración del primer ministro enfureció a los políticos tanto en Bagdad como en la región del Kurdistán de Irak, y aumentó las tensiones étnicas entre árabes y kurdos. Algunos políticos iraquíes pidieron la expulsión de Bagdad de la Guardia Presidencial kurda.

Al día siguiente del ataque, la Unión de Periodistas Iraquíes informó del intento de asesinato de Raji Hamad Allah, editor de la Iraqi Media Network en Babil, cuando un grupo armado le disparó mientras conducía su auto para dirigirse a su oficina.

En Irak, incluida la región del Kurdistán de Irak, los periodistas trabajan cada día en condiciones muy difíciles y potencialmente mortales. En los últimos seis meses han sido asesinados 14 periodistas, cuatro de ellos en 2014. Otros han recibido amenazas o han sido detenidos o asesinados en años anteriores por realizar su trabajo.

En diciembre de 2013, la presentadora de televisión iraquí Nawras al Nuaimi murió tiroteada por un grupo de hombres armados de identidad desconocida cerca de su casa en Mosul. Nawras informaba sobre temas relacionados con las mujeres y la juventud para Al Mosuliya TV.

Ese mismo mes, el periodista kurdo Kawa Muhammad Ahmad Garmyani murió por disparos frente a su casa en Kalar, en la región del Kurdistán de Irak, a manos de un grupo de hombres armados que huyeron del lugar. Kawa había investigado y publicado artículos sobre la corrupción en la región autónoma y había recibido amenazas en años anteriores en relación con su trabajo.

No se tiene conocimiento de que se hayan abierto investigaciones sobre estas muertes. El Comité para la Protección de los Periodistas ha clasificado a Irak como uno de los primeros países donde existe total impunidad por el asesinato de periodistas, con decenas de casos sin resolver. La ausencia de investigaciones sobre estas muertes perpetúa una cultura de la impunidad y expone a los periodistas a más amenazas.

Tanto el gobierno de Irak como el gobierno regional del Kurdistán tienen la responsabilidad de garantizar una investigación sin dilación e inmediata sobre todas las muertes de periodistas y de que quienes sean hallados responsables comparezcan ante la justicia en juicios justos sin recurso a la pena de muerte.

Mientras tanto, el gobierno iraquí sigue imponiendo restricciones a la libertad de expresión. En abril de 2013, el Consejo Iraquí de Comunicaciones y Medios de Comunicación decidió suspender las licencias de 10 canales de televisión por satélite en Irak, incluidos Al Yazira y Al Sharqiya, por considerar que sus emisiones incitaban a la violencia. Esas restricciones desproporcionadas violan los derechos a la libertad de expresión y a la libertad de prensa.

Igualmente, quienes se atreven a denunciar o a criticar a las autoridades en la región del Kurdistán de Irak sufren intimidación y cárcel. Niaz Aziz está en prisión desde que fue detenido el 5 de enero de 2012 por filtrar presuntamente información sobre el fraude electoral en Arbil, Suleymania y Dohok. Según su abogado y su familia, el Asayesh Ghesti, el servicio de inteligencia de la región del Kurdistán de Irak, se negó a llevar a Niaz Aziz ante los tribunales para ser juzgado.

El 3 de marzo, Shwan Saber Mustafa Gardi, miembro de la Fiscalía de la región del Kurdistán de Irak, fue detenido y encarcelado acusado de difamación por expresar opiniones críticas sobre los tribunales y denunciar la corrupción del sistema de justicia del Kurdistán en su página de Facebook. Fue puesto en libertad bajo fianza el 6 de marzo, previo pago de 5 millones de dinares iraquíes (aproximadamente 4.300 dólares estadounidenses). Si es declarado culpable podría ser condenado a cinco años de prisión

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