En menos de 24 horas, Irlanda irá a la urnas en un referéndum que es verdaderamente histórico, pues es la primera vez que una nación pide a su ciudadanía que vote “sí” y ponga fin a la discriminación contra las personas LGBTI en su legislación sobre el matrimonio civil. Si gana el ‘sí’, Irlanda se convertirá en el primer país del mundo que garantizará a sus ciudadanos y ciudadanas el mismo derecho constitucional a casarse con la persona a quien aman, cualquiera que sea su orientación sexual, tras una votación popular.
Colm O’Gorman, director ejecutivo de Amnistía Internacional Irlanda, ha manifestado:
“El amor no discrimina, y tampoco deben hacerlo nuestras leyes. Si un Estado decide reconocer, proteger y valorar en sus leyes las relaciones basadas en el amor, la intimidad y el compromiso, no debe negarse este reconocimiento a algunas personas simplemente por su orientación sexual. Pedimos a los ciudadanos y ciudadanas de Irlanda que den comienzo a una nueva era de igualdad en el matrimonio civil. Ahora les toca decidir.”
“Cuando la campaña está llegando a su fin y quedamos a la espera de la decisión del pueblo irlandés, me gustaría rendir homenaje a quienes han participado en este trabajo por su dedicación, compromiso y extraordinaria energía. En toda Irlanda, muchas comunidades locales han aunado sus fuerzas para formar grupos por el ‘Sí a la Igualdad’, con el apoyo del compromiso incansable de la campaña nacional del ‘Sí a la Igualdad’. Ha sido un honor asociarnos con la campaña.”
“Ha habido momentos difíciles. Para muchas personas es un asunto muy personal. Para quienes pertenecemos a la comunidad LGBTI y para nuestras familias y nuestros amigos y amigas, ha sido necesario salir a la calle y hablar con nuestros conciudadanos y conciudadanas, yendo de puerta en puerta y calle por calle, para pedirles que voten ‘sí’ y hagan que se nos reconozca la libertad de casarnos con la persona a quien amamos.”
“La respuesta ha sido verdaderamente extraordinaria. La campaña ha puesto de manifiesto la abrumadora dignidad, compasión y generosidad de la mayoría del pueblo irlandés. El apoyo que hemos recibido en los últimos meses en esas conversaciones diarias ha sido, sencillamente, maravilloso.”
“Por supuesto, nada de esto valdrá si no se sale a expresar ese apoyo en las urnas mañana. Además, aunque también las papeletas pongan de manifiesto un alentador apoyo a la reforma propuesta, es evidente que el resultado lo decidirá probablemente la participación. Sencillamente, un baja participación podría dar la victoria al ‘no’.”
“Es bien sencillo, si queremos ganar este referéndum, tenemos que ir a votar. Contará hasta el último voto. Si queremos que Irlanda diga ‘sí’ a la igualdad en el matrimonio civil para sus ciudadanos y ciudadanas LGBTI, debemos votar ‘sí’.”
“Que ese ‘SÌ’ se oiga en todo el mundo. Que lo oigan los líderes y los gobiernos que persiguen a sus comunidades LGBTI y violan sus derechos humanos, quienes con sus leyes y sus actos desprecian y deshumanizan a las personas y sus relaciones. Será una poderosa señal para la Rusia de Putin y para la Uganda de Museveni, y un mensaje de esperanza para quienes, en todo el mundo, luchan por la justicia, la libertad y la igualdad.”