- Reconstrucción de ataques israelíes efectuados en Rafá entre el 1 y el 4 de agosto de 2014
- Revelados convincentes indicios de crímenes de guerra y posibles crímenes de lesa humanidad, que hacen necesaria una investigación urgente
- Las fuerzas israelíes mataron al menos a 135 civiles palestinos, entre ellos 75 niños, tras la captura de un soldado israelí
- Centenares de vídeos, fotografías e imágenes de satélite analizados por expertos y contrastados con testimonios de testigos
- Se emplearon avanzadas técnicas de análisis de datos, entre ellas el estudio de sombras y columnas de humo en múltiples vídeos, para determinar el momento y el lugar de los ataques
Amnistía Internacional y Forensic Architecture han revelado hoy en un informe nuevos datos que muestran que las fuerzas israelíes perpetraron crímenes de guerra como represalia por la captura de un soldado israelí. Los datos, basados en detallados análisis de cantidades enormes de material multimedia, indican que, por su naturaleza sistemática y aparentemente deliberada, los ataques aéreos y terrestres contra Rafá, que mataron al menos a 135 civiles, podrían constituir también crímenes de lesa humanidad.
El informe, publicado en Internet con el título de ‘Black Friday’: Carnage in Rafah during 2014 Israel/Gaza conflict («‘Viernes Negro’: Matanza en Rafá durante el conflicto de Israel y Gaza de 2014), presenta punteras técnicas de investigación y análisis en las que es pionero Forensic Architecture, equipo de investigación radicado en Goldsmiths, Universidad de Londres.
“Hay convincentes indicios de que las fuerzas israelíes cometieron crímenes de guerra en el bombardeo implacable y masivo que efectuaron sobre zonas residenciales de Rafá a fin de frustrar la captura del teniente Hadar Goldin, dando muestra de un alarmante desprecio por la vida de los civiles. Llevaron a cabo una serie de ataques desproporcionados o indiscriminados, que no han investigado en absoluto de manera independiente», ha señalado Philip Luther, director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“Este informe representa un llamamiento urgente a hacer justicia que no debe ignorarse. El análisis combinado de centenares de fotografías y vídeos, así como de imágenes de satélite y testimonios de testigos presenciales, aporta convincentes indicios de violaciones graves del derecho internacional humanitario cometidas por las fuerzas israelíes y que deben investigarse».
La enorme cantidad de datos recopilados se presentó a expertos militares y otros especialistas y se recompuso luego por orden cronológico para crear una detallada descripción de lo ocurrido desde el 1 de agosto, cuando el ejército israelí aplicó el controvertido y secreto procedimiento “Hannibal” tras la captura del teniente Hadar Goldin.
En virtud de la directriz «Hannibal», las fuerzas israelíes pueden responder a la captura de un soldado con un intenso ataque aunque pongan en peligro la vida del soldado o de los civiles de la zona. Como ilustra el informe, la aplicación de la directriz hizo que se ordenaran ataques ilegítimos contra civiles.
“Parece que, tras la captura del teniente Hadar Goldin, las fuerzas israelíes dejaron a un lado las normas y atacaron sin ningún miramiento, con consecuencias fatales para la población civil. El objetivo era frustrar la captura a toda costa. Se hizo totalmente caso omiso de la obligación de tomar precauciones para evitar la pérdida de vidas civiles. Se bombardearon distritos enteros de Rafá, incluidas zonas residenciales densamente pobladas, sin hacer distinción entre civiles y objetivos militares», ha explicado Philip Luther.
La ferocidad de los ataques, que continuaron después de que el teniente Goldin fuera declarado muerto el 2 de agosto, indica que pudieron estar motivados en parte por el deseo de infligir un castigo a la población de Rafá en venganza por la captura del soldado.
Bombardeo intenso
Poco después de la captura del teniente Goldin el 1 de agosto de 2014 se anunció un alto el fuego, y muchos civiles regresaron a sus hogares creyendo que era seguro hacerlo. El bombardeo en gran escala y prolongado comenzó sin advertencia previa, cuando había multitud de personas en la calle, muchas de las cuales, en especial las que estaban en vehículos, se convirtieron en objetivos. Ese día se conoció más tarde en Rafa como el «viernes negro».
Los testigos presenciales describieron terribles escenas de caos y pánico, en las que un infierno de fuego de aviones F-16, drones, helicópteros y artillería caía sobre las calles, alcanzando a civiles que iban a pie o en automóvil, así como a ambulancias y otros vehículos que evacuaban a los heridos.
Un testigo describió los ataques de ese día como un intento de triturar a la población civil de Rafá, semejante a la arremetida de «una máquina que hace sin piedad carne picada con la gente”.
Puntero análisis forense
Para esta investigación, los testimonios de los testigos presenciales que describieron la matanza de Rafá se contrastaron con centenares de fotografías y vídeos de diversas fuentes y tomados en múltiples lugares, así como con imágenes de satélite de alta resolución conseguidas por Amnistía Internacional.
Un equipo de investigadores de Forensic Architecture utilizaron una variedad de complejas técnicas para analizar estos datos. Examinaron en las imágenes indicadores temporales –como el ángulo de las sombras y la forma y el tamaño de las columnas de humo, que son como «relojes físicos»– para localizar los ataques en el tiempo y en el espacio (proceso conocido como geosincronización).
Los análisis revelan que, el 1 de agosto, los ataques israelíes contra Rafá fueron dirigidos contra varios lugares donde se creía que se encontraba el teniente Goldin sin tener en cuenta el peligro que corría la población civil, lo que indica además que es posible incluso que tuvieran por objeto matarlo.
En uno de los incidentes más mortales, los investigadores, con la ayuda de expertos militares, pudieron confirmar que se arrojaron dos bombas de una tonelada –las más grandes del arsenal de las fuerzas aéreas israelíes– sobre un edificio de una sola planta de Al Tannur, en el este de Rafá. Había decenas de civiles en la inmediaciones cuando se efectuó este ataque manifiestamente desproporcionado.
“La ferocidad del ataque a Rafá muestra las medidas extremas que fuerzas israelíes estaban dispuestas a tomar para impedir la captura de un soldado vivo; se sacrificó la vida de decenas de civiles palestinos sólo con este fin”, ha afirmado Philip Luther.
El análisis de las fotografías, vídeos y otros tipos de material multimedia proporcionado por testigos presenciales ha sido decisivo para investigar las posibles violaciones del derecho internacional, pues las autoridades israelíes han negado al personal de Amnistía Internacional el acceso a la Franja de Gaza desde que comenzó el conflicto de 2014.
“Forensic Architecture combina nuevas tecnologías de la arquitectura y los medios de comunicación para reconstruir incidentes complejos basándose en las huellas que la violencia deja en los edificios durante un conflicto. Los modelos arquitectónicos nos ayudan a establecer vínculos entre múltiples datos, como imágenes, vídeos cargados en redes sociales y testimonios, para reconstruir virtualmente la sucesión de los acontecimientos», ha explicado Eyal Weizman, director de Forensic Architecture.
Ataques a hospitales y personal médico
Las imágenes de satélites y las fotografías analizadas para el informe muestran cráteres y daños que indican que se atacaron reiteradamente ambulancias y hospitales durante el bombardeo de Rafá, violando con ello el derecho internacional humanitario.
Un médico describió cómo habían huido, angustiados, los enfermos del hospital Abu Youssef al Najjar al intensificarse los ataques en la zona. A algunos los sacaron en la cama de ruedas, en muchos casos con la vía intravenosa aún puesta. Un niño escayolado salió arrastrándose por el suelo.
Una ambulancia que llevaba a un anciano herido, a una mujer y a tres niños ardió al caer sobre ella un misil disparado por un dron, y todos sus ocupantes, incluido el personal médico, murieron entre las llamas. Jaber Darabih, paramédico que acudió allí, describió así los restos carbonizados de los cadáveres: «sin piernas, sin manos […] totalmente quemados”. Para su tragedia, más tarde supo que entre las personas muertas en la ambulancia se encontraba su propio hijo, paramédico voluntario.
“Al atacar ambulancias y las proximidades de hospitales, el ejército israelí dio muestra de una flagrante falta de respeto por las leyes de la guerra. Los ataques deliberados contra instalaciones médicas y profesionales de la salud constituyen crímenes de guerra», ha señalado Philip Luther.
Poner fin a la espiral de impunidad
Esta investigación sobre Rafá aporta algunos de los indicios más convincentes presentados hasta ahora de la comisión de violaciones graves del derecho internacional humanitario, incluidos crímenes de guerra, durante el conflicto.
En informes anteriores, Amnistía Internacional ha puesto de relieve violaciones del derecho internacional cometidas por ambos bandos, entre ellas los ataques sistemáticos de Israel contra viviendas civiles habitadas y su destrucción gratuita de edificios civiles de varias plantas, y los ataques indiscriminados y los ataques directos contra civiles de Israel perpetrados por los grupos armados palestinos, así como las ejecuciones sumarias de palestinos en Gaza.
Sin embargo, un año después del conflicto, las autoridades israelíes no han realizado investigaciones creíbles, independientes e imparciales sobre las violaciones del derecho internacional humanitario. Las limitadas investigaciones militares de Israel sobre algunas de las acciones efectuadas por sus fuerzas en Rafá el 1 de agosto no han obligado a nadie a rendir cuentas.
“Hasta ahora, las autoridades israelíes han demostrado, en el mejor de los casos, que son incapaces de llevar a cabo investigaciones independientes sobre los delitos de derecho internacional de Rafá y otras partes, y en el peor, que no están dispuestas a hacerlo. Las conclusiones de este informe añaden convincentes datos al ya muy considerable cuerpo de documentación creíble de las violaciones graves del derecho internacional cometidas durante el conflicto de Gaza, que exigen investigaciones independientes, imparciales y efectivas», ha añadido Philip Luther.
”Las víctimas y sus familias tienen derecho a justicia y reparación. Y quienes hayan ordenado o cometido presuntamente crímenes de guerra deben ser procesados».