La reciente aprobación en Gambia de una ley homófoba expone a la ya perseguida comunidad de personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexo (LGBTI) a un peligro aún mayor de sufrir abusos, han dicho hoy Amnistía Internacional y Human Rights Watch.
El nuevo delito de “homosexualidad con agravantes”, que puede ser castigado con penas de hasta cadena perpetua, forma parte del Código Penal que el presidente Yahya Jammeh aprobó el 9 de octubre de 2014, según muestran documentos que han salido a la luz esta semana. Entre las personas que podrían ser acusadas de «homosexualidad con agravantes» están los «infractores reincidentes” y aquéllas que viven con el VIH y son consideradas gays o lesbianas. Las leyes gambianas no definen exactamente qué se entiende por “homosexualidad” ni por “actos homosexuales”.
Esto hace más probable aún que la criminalización de la actividad homosexual en Gambia –ya de por sí una violación del derecho internacional– se utilice de forma amplia y arbitraria.
“La nueva ley da a la actividad sexual privada con consentimiento mutuo entre adultos del mismo sexo, que no debería considerarse delito, el mismo tratamiento que a la violación o al incesto”, ha dicho Steve Cockburn, director regional adjunto para África Occidental y Central.
“Las vagas e imprecisas disposiciones de esta ley podrían utilizarse para detener y encarcelar a cualquier persona considerada gay o lesbiana, y contribuyen al ya grave clima de hostilidad y temor que sufre la comunidad LGBTI en el país.”
Las autoridades de Gambia no reconocieron haber promulgado la ley sobre la “homosexualidad agravada”, a pesar de que se les preguntó reiteradamente al respecto durante el examen del historial de derechos humanos del país realizado por las Naciones Unidas el 28 de octubre. Las leyes en vigor en el país ya penalizan la actividad sexual privada con consentimiento mutuo entre adultos del mismo sexo, violando con ello el derecho internacional de los derechos humanos.
La aprobación de esta ley parece formar parte de un ataque más amplio contra la comunidad LGBTI de Gambia. Al menos tres mujeres, cuatro hombres y un muchacho de 17 años fueron detenidos entre el 7 y el 13 de noviembre y amenazados con ser torturados por su presunta orientación sexual. Otras seis mujeres fueron detenidas el 18 y el 19 de noviembre y continúan bajo custodia, según informó un miembro de la comunidad LGBTI gambiana.
Según afirman las personas detenidas, les dijeron que si no “confesaban” y revelaban los nombres de otras personas, les introducirían un dispositivo en el ano o la vagina para “comprobar” su orientación sexual, lo cual hubiera constituido una violación del derecho internacional, que prohíbe la tortura y los malos tratos.
“Detener y torturar a personas por su orientación sexual es vergonzoso, e inventar nuevos delitos punibles con penas aún más duras, escandaloso”, ha dicho Cockburn. “La nueva ley de Gambia no sólo incumple las obligaciones del país en virtud de las normas regionales de derechos humanos, sino la propia Constitución de Gambia, que afirma que todas las personas deben ser iguales ante la ley sin discriminación.”
El presidente Jammeh debería haber utilizado las facultades que le otorga la Constitución para rechazar esta ley homófoba propuesta por la Asamblea Nacional el 25 de agosto, han dicho Amnistía Internacional y Human Rights Watch.
“Las incendiarias declaraciones del presidente Jammeh contra las personas LGBTI han sido puestas en práctica con esta odiosa ley y la caza de brujas que ha desencadenado su aprobación en secreto”, ha dicho Monica Tabengwa, investigadora sobre África de Human Rights Watch. “La ley y su aplicación en la práctica son una afrenta a la resolución de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos que condena la violencia contra las personas LGBTI y pide que sus responsables comparezcan ante la justicia.”