Comunicados de prensa
6 diciembre 2013
Escribe por los Derechos, una de las principales campañas globales de Amnistía Internacional, movilizará a cientos de miles de personas de todo el mundo con el fin de cambiar la vida de personas en situación de riesgo mediante un acto tan sencillo como enviar una carta.
Desde el 6 al 17 de diciembre, personas de más de 80 países de todo el mundo harán campaña en favor de 12 personas y comunidades que sufren abusos contra los derechos humanos. Señalarán y dejarán en evidencia a los gobiernos responsables de los abusos, a los que harán llamamientos específicos en apoyo de quienes sufren la opresión del Estado.
Amnistía Internacional espera que se envíen más de dos millones de cartas, faxes, correos electrónicos, tuits y mensajes de texto durante la campaña.
“Escribe por los Derechos es un momento clave en el que se desarrolla un trabajo esencial en Amnistía Internacional: emprender acciones en favor de otras personas, mostrar solidaridad con quienes se oponen con valor a la tiranía”, ha manifestado Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.
Desde Argelia a Eslovenia, desde Hong Kong a Marruecos, la causa se promoverá a través de una serie de actos que incluirán conciertos, una exposición de grafitis y una maratón de envío de cartas que se prolongará durante 24 horas.
Los 12 casos proceden de todos los continentes y abarcan una amplia variedad de distintas cuestiones relativas a los derechos humanos.
Amnistía Internacional pide la puesta en libertad de presos de conciencia de cinco países diferentes:
•El periodista etíope Eskinder Nega, encarcelado desde 2008, fue condenado a 18 años de prisión por «terrorismo» tras criticar al gobierno en un discurso público en Suecia.
•El Dr. Tun Aung, líder comunitario de Myanmar, fue condenado a 17 años de cárcel por múltiples delitos, como «incitación a causar disturbios», tras intentar aplacar los enfrentamientos entre budistas y musulmanes.
• Tres activistas rusos, encarcelados poco después de las protestas pacíficas en la plaza Bolotnya, fueron acusados de «participar en disturbios multitudinarios».
• En Bahréin, 13 defensores de los derechos humanos fueron condenados a entre cinco años de cárcel y cadena perpetua por expresar sus opiniones y hacer campaña de forma pacífica.
• El bloguero tunecino Jabeur Mejri está encarcelado desde 2012; fue condenado a más de siete años de cárcel por «atentar contra valores sagrados» y «atentado contra la moral pública» tras publicar algunas opiniones sobre religión.
Hace campaña en favor de cuatro personas víctimas de la actuación del Estado:
• La activista camboyana Yorm Bopha quedó en libertad bajo fianza el pasado 22 de noviembre, pero no se han retirado los cargos falsos presentados contra ella por su activismo en favor del derecho a la vivienda de la comunidad del lago Boeung Kak.
• El ama de casa mexicana Miriam López fue torturada y violada por soldados y obligada a firmar una declaración que la implicaba en el narcotráfico.
• El conductor turco Hakan Yaman quedó ciego de un ojo a consecuencia de la brutal paliza que le propinó la policía turca durante las protestas que se celebraron este año.
• Ihar Tsikhanyuk, artista bielorruso que actúa como drag queen, fue golpeado y continúa sufriendo acoso policial por su campaña en favor de los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales y transgénero en su país.
Pondrá de manifiesto la difícil situación de tres comunidades amenazadas:
• El pasado febrero, los habitantes de la comunidad de Badia East en Lagos, Nigeria, sufrieron el desalojo forzoso de sus casas al llevarse a cabo la demolición masiva de más de 2.237 viviendas.
• Los residentes palestinos en la localidad de Nabi Saleh viven prácticamente en estado de sitio a causa de los colonos israelíes y siguen sufriendo represión durante las manifestaciones contra la ocupación israelí que celebran todos los viernes.
• En Honduras, los miembros del COFADEH, una ONG que se dedica a investigar las desapariciones y otros abusos contra los derechos humanos, son objeto de constante vigilancia y sufren amenazas y agresiones.
“Escribe por los Derechos es una gran manifestación de solidaridad internacional. Además, tiene un poderoso impacto positivo en la vida de personas cuyos derechos humanos corren peligro. Las autoridades pueden hacer caso omiso de una carta aislada. Pero no es tan fácil cuando son miles las que piden cambios en derechos humanos. Por nuestra experiencia en décadas de activismo, sabemos que escribiendo y enviando cartas se cambian y salvan vidas», ha afirmado Salil Shetty.
Desde su comienzo, Escribe por los Derechos ha logrado resultados concretos con presos de conciencia que han quedado en libertad. El 22 de noviembre de este año, pocos días antes del lanzamiento oficial de la campaña, Yorm Bopha, activista camboyana que defiende el derecho a la vivienda, quedó en libertad bajo fianza tras ser encarcelada por cargos falsos.
Días después de reunirse con su familia y su comunidad, habló con Amnistía Internacional: «¡Gracias a los simpatizantes de Amnistía Internacional! ¡Su campaña ha tenido éxito, tal y como demuestra el hecho de que esté en libertad! Pero mi caso aún no ha acabado. Sigan presionando al gobierno camboyano para que deje de actuar contra mí. ¡Y sigan apoyándome y apoyando a mi comunidad y a otras personas en Camboya! ¡Si todos trabajamos conjuntamente podemos lograr los mayores éxitos!».
Para las personas que están encarceladas, los mensajes de apoyo son inestimables:
“He quedado literalmente enterrado por una avalancha de cartas y postales. En Año Nuevo todavía seguía leyendo los centenares de cartas y tarjetas recibidas. Puedo decir sinceramente que no me he saltado ni una sola de ellas. Fue un Año Nuevo indescriptible», ha contado Ales Bialiatski, defensor de los derechos humanos encarcelado en Bielorrusia.
Información general
La primera campaña Escribe por los Derechos de Amnistía Internacional se organizó en Polonia hace 11 años. El coordinador de un grupo local de Varsovia conoció a una joven que le habló sobre su experiencia organizando actos en África, en los que se escribían cartas de protesta a los gobiernos durante 24 horas ininterrumpidas. El grupo decidió escribir cartas durante 24 horas seguidas y luego contar cuántas había escrito.
Se pusieron en contacto con otros grupos polacos y les contaron la idea, que se hizo muy popular y unió a activistas de todo el país. Enviaron correos electrónicos a oficinas de Amnistía Internacional de todo el mundo y se acabó convirtiendo en una campaña global. Así comenzó la campaña Escribe por los Derechos.