La comunidad internacional debe actuar ya para poner fin al sufrimiento de millones de civiles sirios, muchos de los cuales corren peligro de muerte por inanición y se enfrentan a graves situaciones de escasez de asistencia médica y refugio adecuado; así lo ha afirmado Amnistía Internacional con motivo de la celebración de una conferencia de donantes de la ONU en Kuwait esta semana.
“Hasta la fecha, la respuesta del mundo a la crisis de Siria ha sido lamentablemente insuficiente. De los fondos solicitados por la ONU a finales de 2013 a través de un llamamiento humanitario –el mayor de la historia de la organización–, solamente se cubrió el 70 por ciento. Eso supuso que algunas de las víctimas más vulnerables del brutal conflicto de Siria no recibieran ayuda vital y tuvieran que hacer frente a los rigurosos meses de invierno con recursos mínimos”, ha dicho Philip Luther, director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
Mientras que algunos países han hecho generosas contribuciones económicas, otros, como Emiratos Árabes Unidos, que está entre los países más ricos del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico, prometieron una ayuda humanitaria que después no hicieron efectiva en su totalidad. Las contribuciones de Rusia al esfuerzo humanitario han sido mínimas, a pesar del considerable interés político que el país ha demostrado tener en la crisis siria.
“El mundo no puede repetir los errores del año pasado. Los ofrecimientos de asistencia no sirven de nada si la ayuda no llega a su destino. Este año las potencias mundiales, especialmente las que cuentan con medios económicos para hacerlo, deben garantizar que cumplen lo que han prometido. La conferencia de donantes ofrece a los mandatarios mundiales la oportunidad de demostrar que no han abandonado a la población siria”, ha dicho Philip Luther.
La organización pide a los dirigentes mundiales que incrementen considerablemente sus esfuerzos en la conferencia del miércoles, 15 de enero, cuya finalidad es recaudar fondos para cubrir los 6.500 millones de dólares estadounidenses solicitados en el llamamiento humanitario, a fin de proporcionar asistencia vital a los más afectados por el conflicto.
La violencia incesante en Siria ha desencadenado una de las peores crisis humanitarias de la historia reciente.
Entre las más afectadas están las personas que viven en Siria, incluidos 6,5 millones de desplazados internos. Muchas continúan abandonadas a su suerte en zonas sometidas a bloqueo por las fuerzas gubernamentales. Sufren grave escasez de alimentos y están muriendo de hambre. Fuera de Siria, los que han huido a países vecinos también se enfrentan a duras condiciones en unos campos para refugiados que carecen de recursos suficientes.
Además de instar a los países a aportar fondos en respuesta al llamamiento humanitario en favor de Siria, Amnistía Internacional pide al gobierno sirio que levante los bloqueos que afectan a la población civil de localidades y zonas controladas por la oposición. Tanto el gobierno como los grupos armados de oposición de Siria deben permitir un acceso expedito a las agencias y organizaciones humanitarias para que puedan ayudar a la población civil.
Amnistía Internacional pide a los Estados que hagan un esfuerzo concertado para reasentar a algunos de los refugiados más vulnerables.
Hasta el momento, los esfuerzos internacionales para reasentar refugiados han sido penosos. Los Estados miembros de la Unión Europea se han comprometido a reasentar únicamente al 0,5 por ciento de los 2,3 millones de personas que han huido del país.
El compromiso de los Estados del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico sobre este asunto es igualmente lamentable: ninguno ha ofrecido una sola plaza de reasentamiento para personas refugiadas procedentes de Siria. Países más alejados, como Rusia, tampoco han acogido a ningún refugiado a través de programas de reasentamiento o admisión por razones humanitarias.
“De momento, muchas de las personas que, por causas ajenas a su voluntad, se han visto desplazadas por el conflicto dentro o fuera del país simplemente no reciben la ayuda que necesitan. La comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos en todos los frentes para demostrar que no se ha olvidado de ellos”, ha afirmado Philip Luther.