Las autoridades de los Emiratos Árabes Unidos han mostrado de nuevo su intolerancia hacia la disidencia al imponer tres años de cárcel y una cuantiosa multa a un hombre de 25 años cuyo único “delito” fue usar las redes sociales para pedir la libertad de su padre encarcelado, ha declarado Amnistía Internacional.
“Con esta vengativa condena tras una parodia de juicio, las autoridades de los EAU han dejado totalmente claro, una vez más, que cuando no les gusta el mensaje, su primera línea de defensa es difamar y silenciar al mensajero”, afirmó Said Boumedouha, director adjunto del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
En lo que los medios de comunicación nacionales han calificado de “juicio por terrorismo” ante la Sala de Seguridad del Estado del Tribunal Supremo Federal, Osama al Najjar fue condenado por los delitos de “instigar el odio contra” el Estado, “diseñar y administrar un sitio web [con] ideas e información satíricos y difamatorios” considerados perjudiciales para las instituciones de los EAU, y “contactar con organizaciones extranjeras y facilitar información incorrecta”. No cabe apelación contra la condena.
“El juicio y la condena de Osama al Najjar muestra la falsedad de las reiteradas afirmaciones del gobierno de que en los EAU se celebran juicios justos”, dijo Said Boumedouha.
“Lo único que hizo Osama al Najjar fue defender pacíficamente la libertad de su padre, Hussain Ali al Najjar al Hammadi, y dar a conocer los terribles malos tratos a que fue sometido en prisión. Esto no debería ser delito, y Amnistía Internacional ha nombrado a padre e hijo presos de conciencia que deben ser puestos en libertad inmediata e incondicionalmente.”
El 17 de marzo de 2014, 10 funcionarios de los servicios de seguridad irrumpieron en el domicilio de Osama al Najjar y lo detuvieron. Esta actuación se produjo tres semanas después de que Osama tuiteara al ministro del Interior de los EAU expresando su preocupación por los presuntos malos tratos que sufrió su padre en prisión y pidiendo al ministro que respondiera una carta que le había enviado con anterioridad.
Tras su detención, Osama al Najjar estuvo cuatro días en régimen de aislamiento en un centro secreto donde no le permitieron contactar con su familia o un abogado. Las peticiones de información a las autoridades que hizo su madre no obtuvieron respuesta.
Según Osama al Najjar, mientras estuvo detenido en ese lugar, los agentes de seguridad lo interrogaron todos los días, en medio de torturas y malos tratos, desde primera hora de la noche hasta después del amanecer. Osama dijo que le propinaron reiterados puñetazos y le pegaron en la cara, las orejas y el cuerpo, a veces con un cable, lo que hizo que se volviera a abrir una herida quirúrgica que tenía en la pierna. También dijo que los interrogadores le hicieron agarrar un cable y lo amenazaron con darle descargas eléctricas si se negaba a “cooperar”, y con detener a su madre y a sus hermanos menores.
El caso de Hussain Ali al Najjar al Hammadi es uno de los que están incluidos en el reciente informe de Amnistía Internacional “There is no freedom here”: Silencing dissent in the UAE. El informe revela el clima de temor que impera en el país desde 2011, en el que las autoridades hacen todo lo posible por aplastar cualquier señal de disidencia, crítica del gobierno o petición de reforma tras las rebeliones populares en varios países de Oriente Medio y el Norte de África.