El nuevo informe de Amnistía Internacional, “15 minutes to leave” – Denial of the right to adequate housing in post-quake Haiti, documenta la trágica falta de progresos realizada en la reconstrucción del país desde el terremoto de 2010, y expone las siguientes conclusiones:
1. Más de dos millones de personas quedaron sin hogar tras el terremoto que asoló Haití el 12 de enero de 2010.
2. Según los datos más recientes (septiembre de 2014), en Haití permanecen abiertos 123 campos para personas internamente desplazadas, que albergan a 85.432 personas.
3. Las condiciones en muchos de esos campos son terribles. Un tercio de las personas que viven en ellos no tienen acceso a una letrina. Cada retrete es compartido por una media de 82 personas.
4. Los desalojos forzosos de los campos son un problema grave y constante. Desde 2010, más de 60.000 personas han sido desalojadas por la fuerza de sus refugios en campos improvisados. Aproximadamente una cuarta parte de las personas que continúan en los campos corren peligro de desalojo forzoso. Tan sólo desde 2013, Amnistía Internacional ha documentado seis casos de desalojo forzoso de campos y asentamientos informales donde viven personas internamente desplazadas. Más de un millar de familias se han visto afectadas.
5. Se sabe que se han reparado, reconstruido o construido unas 37.000 casas. Sin embargo, menos del 20 por ciento de las soluciones de vivienda proporcionadas como respuesta al desastre podían considerarse soluciones a largo plazo o sostenibles. Por el contrario, la mayoría de los programas se han limitado a proporcionar medidas provisionales, como la construcción de refugios temporales y la asignación de subsidios al alquiler.
6. Los subsidios al alquiler son un método utilizado habitualmente por el gobierno y organizaciones humanitarias. Se conceden subsidios de 500 dólares estadounidenses para ayudar a la gente a pagar el alquiler de alojamientos privados. Sin embargo, un estudio realizado en 2013 concluyó que casi la mitad de quienes habían recibido subsidios habían tenido que dejar sus viviendas una vez finalizados dichos subsidios. Tres cuartas partes de esas personas se vieron obligadas a trasladarse a infraviviendas.
7. La población de Canaan, una amplia zona a las afueras de Puerto Príncipe, ha crecido exponencialmente desde que la zona fue declarada de uso público en marzo de 2010. Se calcula que ahora alberga a unas 200.000 personas. Muchos de los residentes perdieron su hogar a causa del terremoto. Ante la falta de intervención del Estado en la zona, las personas construyen sus hogares lo mejor que pueden, y han buscado sus maneras, a menudo inadecuadas, de hacerse con acceso a agua, gestión de residuos y seguridad. Muchos residentes de Canaan viven bajo la amenaza del desalojo forzoso.
8. Se han emprendido varios proyectos de infraestructura como parte de la reconstrucción posterior al terremoto. Sin embargo, cientos de familias fueron desalojadas por la fuerza del centro de Puerto Príncipe en mayo de 2014 con el fin de despejar la zona para la construcción de edificios de la administración pública.
9. El sector de la vivienda vivía una crisis ya antes del terremoto. Entonces se calculaba que el déficit nacional de vivienda ascendía a 700.000 unidades. El terremoto destruyó o dañó seriamente al menos otras 250.000 casas. La vivienda fue el sector más afectado por el terremoto, con unos daños totales de 2.300 millones de dólares estadounidenses (aproximadamente el 40 por ciento de los daños totales del terremoto).
10. Los problemas de Haití persisten pese a los 13.340 millones de dólares estadounidenses comprometidos por la comunidad internacional y las instituciones financieras para ayuda humanitaria y a la recuperación durante la respuesta posterior al terremoto.