Coincidiendo con la reunión de dos días que celebra el Consejo de Justicia y Asuntos de Interior (JAI) de la Unión Europea (UE), Amnistía Internacional y Human Rights Watch instan a los correspondientes ministros de cada Estado miembro a dar una respuesta integral y colectiva a las necesidades de búsqueda y rescate en el Mediterráneo central, con el objetivo urgente de salvar vidas.
“Al erigir la UE muros cada vez más altos, aumenta el número de personas migrantes y refugiadas que se lanzan a las aguas del Mediterráneo en un intento desesperado de alcanzar la seguridad y el refugio que representa Europa. Por desgracia, cada vez pagan con más frecuencia el peor precio: perder sus vidas en el mar”, afirmó Nicolas J. Beger, director de la Oficina de Amnistía Internacional ante las Instituciones Europeas.
Transcurrido un año desde los naufragios de octubre de 2013 en el Mediterráneo central, en los que murieron más de 500 personas, la respuesta colectiva de la UE para salvar vidas en estas aguas ha sido vergonzosa. Italia es el único país de la UE que ha reaccionado con la Operación Mare Nostrum, desplegando una parte considerable de su marina en operaciones de búsqueda y rescate.
No obstante, ni siquiera los más denodados esfuerzos de Italia han sido suficientes para evitar la trágica pérdida de vidas este año, y hay indicios de que el país no puede mantener la operación a largo plazo.
En lo que llevamos de año, más de 165.000 refugiados y migrantes han llegado a Europa a través del Mediterráneo. Lamentablemente, se calcula que más de 3.000 personas han perecido en el mar, aunque es muy difícil determinar las cifras reales. Casi la mitad de las personas llegan a Europa huyendo de la guerra de Siria y de la represiva Eritrea, y está aumentando el número de mujeres y niños.
El anuncio hecho en agosto por la Comisión Europea sobre el lanzamiento de una nueva operación de Frontex –la Operación Tritón– para apoyar las iniciativas de Italia se percibió mayoritariamente como la primera señal de que la UE empezaba a reaccionar y a dar una respuesta colectiva a los trágicos sucesos que siguen ensombreciendo el Mediterráneo central.
Sin embargo, cada vez queda más claro que la Operación Tritón difícilmente responderá a las necesidades reales de búsqueda y rescate para salvar vidas.
“La Operación Tritón, con su alcance limitado y su mandato de controlar las fronteras, no es sustituta adecuada de Mare Nostrum”, declaró Judith Sunderland, jefa de investigación sobre Europa de Human Rights Watch. “Si la UE tiene verdaderamente la intención de evitar futuras tragedias, debe otorgar a la Operación Tritón el mandato y los recursos necesarios para rescatar embarcaciones en todo el Mediterráneo.”
La Operación Tritón, que se pondrá en marcha en noviembre bajo la dirección de Frontex, la agencia de la UE para la vigilancia de las fronteras, debería, como mínimo, igualar a la Operación Mare Nostrum en mandato, capacidades y financiación. Por el momento, Frontex ha presupuestado alrededor de 3 millones de euros al mes para la operación, comparados con los 9 millones que Italia está gastando mensualmente en Mare Nostrum. Para salvar vidas, la Operación Tritón también tendría que ejecutarse en aguas internacionales y cubrir por completo las zonas de búsqueda italianas y maltesas, tal como hace actualmente la Operación Mare Nostrum.
Amnistía Internacional y Human Rights Watch exhortan asimismo a los ministros del Consejo JAI a adoptar un enfoque integral y a largo plazo de la gestión de flujos migratorios hacia Europa, ya que el acusado aumento de personas que cruzan el Mediterráneo no se debe únicamente a una mayor inestabilidad en Oriente Medio, a conflictos más amplios o al deterioro de la situación en Libia.
“Sencillamente, las personas se ven obligadas a subir a embarcaciones destartaladas y peligrosas porque la respuesta de la UE a la migración está dictada por criterios de seguridad, lo que implica un cierre progresivo de las fronteras terrestres de la UE y la ausencia de rutas seguras y legales para que las personas solicitantes de asilo lleguen a la UE”, afirmó Nicolas J. Beger.
Entre las medidas que podrían adoptarse para proporcionar rutas seguras y legales hacia Europa, cabe mencionar el aumento de las cuotas de reasentamiento, un mayor acceso a visados por motivos humanitarios y más facilidades para la reunificación familiar. Amnistía Internacional también insta a los Estados miembros de la UE a que compartan la responsabilidad para con las personas rescatadas o que arriban a las costas europeas, lo que limitará la necesidad de efectuar movimientos secundarios irregulares dentro de la UE. Los Estados miembros podrían lograr este objetivo reuniendo a familiares en vez de aplicar la norma general, prevista en el Reglamento de Dublín, de que el Estado miembro al que llegó por primera vez la persona en cuestión es el responsable de tramitar la solicitud de asilo.
“El Consejo JAI de esta semana será la prueba de fuego sobre los compromisos y las obligaciones que incumben a la UE y a sus Estados miembros en virtud del derecho internacional para salvar vidas en el mar”, afirmó Judith Sunderland. ”La UE debe centrarse principalmente en adoptar medidas de búsqueda y rescate integrales y colectivas, que han de brindar protección eficaz e inmediata y salvar a personas migrantes y refugiadas en la ruta marítima más peligrosa del mundo”.