Una bailarina con las manos esposadas desafió ayer las heladas temperaturas de Moscú mientras activistas de Amnistía Internacional entregaban una petición de 330.000 firmas en la que instaban al presidente Vladimir Putin a derogar leyes represivas en el país.
Las firmas se recogieron en 112 países y forman parte de la campaña global emprendida por Amnistía Internacional con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno que darán comienzo el 7 de febrero de 2014.
En 2012, el gobierno ruso se comprometió públicamente a adherirse a los principios olímpicos de no discriminación, igualdad, inclusión, respeto y comprensión mutua, y a promover los derechos humanos durante los Juegos Olímpicos de Invierno y posteriormente.
Sin embargo, varias leyes promulgadas por las autoridades rusas desde entonces disponen exactamente lo contrario. Se ha reprimido la libertad de expresión, se ha interferido con el trabajo de la sociedad civil independiente, lo que ha llevado al cierre de ONG, y se ha discriminado abiertamente a la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales.