Comunicado de prensa
3 de enero de 2014
Las autoridades de Camboya deben hacer rendir cuentas por los homicidios de al menos cuatro personas cometidos hoy en la capital del país, Phnom Penh, en una manifestación de trabajadores textiles que ha degenerado en violencia, ha manifestado Amnistía Internacional.
“Es preciso investigar la trágica violencia de hoy y hacer rendir cuentas a los responsables de las muertes y lesiones causadas”, ha señalado Rupert Abbott, investigador de Amnistía Internacional sobre Camboya.
“El gobierno camboyano tiene que poner freno a sus fuerzas de seguridad. Los sucesos de hoy son un triste recuerdo de otros ocurridos recientemente: en los últimos cuatro meses, las fuerzas de seguridad han hecho uso excesivo e innecesario de la fuerza contra manifestantes y simples viandantes al menos en cuatro ocasiones, llegando incluso a utilizar munición real.”
“Como en el caso muchas otras violaciones de derechos humanos cometidas en Camboya, la falta de rendición de cuentas por estos incidentes es un recordatorio de la cultura generalizada de impunidad del país. Tienen que llevarse a cabo profundos cambios para garantizar que los responsables de tales violaciones son castigados.”
Según el derecho internacional, si una reunión degenera en violencia, las fuerzas de seguridad sólo pueden hacer uso de la fuerza en la medida estrictamente necesaria para el desempeño de sus funciones. El uso mortal e intencional de armas de fuego sólo puede justificarse si es absolutamente inevitable para proteger la vida.
En las últimas semanas, millares de personas se han venido manifestando en Camboya para protestar por los salarios de la industria textil y la situación política derivada de las controvertidas elecciones de julio de 2013.
“Todas las partes tienen que refrenarse, sobre todo dada la tensión existente actualmente en el país. Las manifestaciones parecen más multitudinarias que nunca; desde luego no se ha visto nada así en más de 15 años”, ha explicado Abbott.