Juan López era un buen padre y esposo, además de
líder espiritual, que practicaba su fe sirviendo a la
comunidad y apoyando siempre a las personas más
vulnerables. Le encantaba tomar café y charlar con sus
amistades, bailar y pasar el tiempo junto al mar con su
familia. Sus amistades lo describían como un soñador.
Desde 2015, Juan defendió sin descanso su
medioambiente local del norte de Honduras frente
a proyectos mineros y energéticos que amenazaban
los ríos y bosques locales, así como el parque nacional
Carlos Escaleras Mejía. Las comunidades locales
temen que los proyectos pongan en peligro grave el
ecosistema y la calidad del agua de los alrededores.
Juan y sus colegas activistas fundaron el Comité
Municipal de Defensa de los Bienes Comunes y Públicos
de Tocoa para impugnar la legalidad de los proyectos
por medios pacíficos. Sin embargo, la respuesta a sus
iniciativas ha consistido en actos de hostigamiento,
amenazas y criminalización, hasta el punto de
que muchos de sus miembros han sido detenidos
y encarcelados, y algunos han sido asesinados.
El 14 de septiembre de 2024, un enmascarado mató
a tiros a Juan en su coche, a la salida de una iglesia.
Se han presentado cargos de asesinato contra el presunto
tirador y contra las dos personas que supuestamente
actuaron como cómplices, que se encuentran en prisión
en espera de juicio. Quienes ordenaron el asesinato
de Juan López siguen sin rendir cuentas.
Exige justicia para Juan López.