Comunicados de prensa
26 junio 2014
Las autoridades libias deben garantizar que el homicidio que costó la vida ayer a una destacada activista de derechos humanos en Bengasi se investiga adecuadamente y que sus responsables son puestos a disposición judicial, ha dicho Amnistía Internacional.
Salwa Bugaighis, abogada que desempeñó un destacado papel en la organización de las protestas al inicio del levantamiento que derrocó a Muamar al Gadafi en 2011, murió en su domicilio de Bengasi abatida a tiros por unos desconocidos el día en que se celebraban las elecciones parlamentarias en Libia.
“El terrible y despiadado homicidio de Salwa Bugaighis priva a la sociedad civil libia de una de sus más valientes y estimadas figuras. Pero por desgracia no se trata de la primera activista que es víctima de la violencia política que ha asolado el país desde el levantamiento», ha dicho Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“Las autoridades libias deben hacer todo lo posible para garantizar que la muerte de Salwa Bugaighis se investiga de forma completa, independiente e imparcial, y que sus responsables rinden cuentas, algo que obviamente no han hecho en anteriores homicidios de carácter político.”
Salwa Bugaighis defendía la igualdad de género y la participación de las mujeres en política. Era fundadora del Consejo Nacional de Transición de Libia, que gobernó el país tras el derrocamiento del coronel Gadafi. En los últimos meses trabajó como miembro del Comité Preparatorio para el Diálogo Nacional.
El 25 de junio, la activista, que se encontraba en su domicilio, recibió varios disparos en el pecho, el estómago y la cabeza, y falleció poco después de ser trasladada al hospital, según informó un portavoz del Centro Médico de Bengasi.
Según los informes, Essam al-Ghariani, marido de Salwa Bugaighis y miembro del ayuntamiento de Bengasi, está en paradero desconocido, y se teme que haya sido secuestrado durante el ataque.
Horas antes de su muerte, Salwa Bugaighis concedió una entrevista telefónica al canal de televisión libio al-Nabaa TV donde habló de los intensos combates y bombardeos entre unidades del ejército y elementos armados islamistas en una zona de viviendas cercana al complejo de la milicia islamista Brigada Rafala al Sahati.
La abogada acusó a algunos grupos de desvirtuar las elecciones parlamentarias y subrayó la importancia del proceso electoral, pidiendo la protección de los colegios electorales.
Amigos de Salwa Bughaighis dijeron a Amnistía Internacional que antes del crimen la abogada había recibido varias amenazas por sus apariciones públicas y sus posturas políticas.
“Creemos que Salwa Bugaighis puede haber estado en el punto de mira tanto por su activismo político como por su promoción de los derechos de las mujeres», ha declarado Hassiba Hadj Sahraoui.
El homicidio de Salwa Bugaighis, el primero de una mujer activista en Libia tras el conflicto, tiene lugar mientras se intensifican los ataques y las amenazas contra las mujeres que critican abiertamente a los grupos extremistas.
Ha aumentado el hostigamiento, la intimidación y los ataques contra mujeres periodistas y activistas de derechos humanos por milicias de tendencias islamistas, grupos armados y otros, en un clima de desgobierno generalizado.
Las mujeres que no se ajustan a las normas sociales (por ejemplo, las que no llevan velo o visten de una forma que se considera inadecuada) están especialmente en el punto de mira, y muchas han denunciado que han recibido amenazas, incluso de muerte, a través de mensajes de texto o de las redes sociales. Los homicidios deliberados y otros ataques contra activistas, jueces y agentes de seguridad forman parte de la rutina diaria de Bengasi desde el derrocamiento del coronel Gadafi.
“Los ataques contra el personal de seguridad y las instituciones oficiales son un grave obstáculo para el funcionamiento del sistema de justicia, pero no son excusa para que Libia no proteja a los activistas. Las autoridades deben implantar medidas de protección para evitar que otras voces críticas sean brutalmente silenciadas», ha dicho Hassiba Hadj Sahraoui.
“Si las autoridades no investigan de forma eficaz el homicidio de Salwa Bugaighis, se consolidará una cultura de impunidad y desgobierno y se facilitarán nuevos asesinatos y agresiones de activistas, incluidas mujeres.”
La incapacidad de las autoridades para abordar la cuestión de la seguridad en Bengasi desencadenó el lanzamiento el mes pasado de la «Operación Dignidad», una ofensiva del ejército contra los grupos armados islamistas acusados de cometer abusos.
Esta decisión, respaldada por varias unidades del ejército que actúan sin la aprobación del gobierno central, ha agravado la actual crisis política y provocado una escalada de la violencia en Bengasi, con disparos incontrolados con armas pesadas, que en ocasiones han provocado víctimas entre la población civil.