Una niña fue hospitalizada al caer enferma después de que el hambre llevara a su familia a matar y comerse un perro. Otros han ingresado enfermos por haber comido un preparado de cera a base de agua y azúcar que se usa para eliminar el vello corporal. Son sólo dos de las terribles historias que nos han contado trabajadores médicos de Yarmouk, barrio del sur de Damasco, sobre la vida en una ciudad sitiada.
Los trabajadores médicos también sufren las consecuencias del asedio a la hora de poder asistir a las personas enfermas, heridas y hambrientas. Las instalaciones han sido devastadas por el atroz asedio impuesto por las fuerzas del gobierno sirio desde hace más de un año. Durante el estado de sitio, 12 trabajadores médicos han sido arrestados por soldados –sigue sin conocerse la suerte que han corrido seis de ellos– y otros muchos han huido. Los almacenes de suministros médicos han sido destruidos durante los bombardeos y saqueados por los grupos armados de oposición.
Como hemos documentado en el informe publicado esta semana, Siria: Yarmouk sitiado, o el horror de los crímenes de guerra, el hambre y la muerte, 194 personas –al parecer todas civiles– han muerto en el barrio debido al asedio, la mayoría de hambre y falta de asistencia médica. Después de publicar el informe hemos recibido información sobre otros 14 civiles que han muerto a causa del asedio. Entre ellas está Diyab Mahena, trabajador médico que ha muerto el 11 de marzo debido a las heridas sufridas hace un mes cuando le dispararon al salir del Hospital Palestina de Yarmouk, que estaba funcionando parcialmente.
Los aproximadamente 20.000 civiles palestinos y sirios hambrientos y atrapados en Yarmouk forman parte del cuarto de millón de civiles que están sufriendo un asedio por fuerzas armadas –principalmente gubernamentales– en todo Siria. Un dato impactante. Y ese cuarto de millón se incluye en los más de 9,3 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria en Siria. Una cifra que desafía la imaginación.
Para cubrir sus necesidades, es imprescindible y urgente que las fuerzas gubernamentales sirias levanten el sitio en Yarmouk y otras zonas civiles. Deben permitir el acceso sin trabas de los organismos de ayuda humanitaria para que puedan asistir a los civiles que están sufriendo, no sólo en esas zonas sino también en el resto del país; todas las partes deben permitir que la ayuda humanitaria llegue a quienes la necesitan por las vías más eficaces posibles, incluso a través de las fronteras y las líneas de conflicto.
Los actuales llamamientos de Amnistía Internacional y otros al gobierno sirio, así como a los grupos armados de oposición, están entre los incontables llamamientos que hemos hecho en los tres últimos años.
Por desgracia, el gobierno sirio no ha dado una respuesta positiva prácticamente a ninguna de nuestras peticiones. Sigue usando fuerza excesiva contra manifestantes pacíficos, incluidos medios letales. Continúa deteniendo a presuntos opositores y sometiéndolos a tortura y otros malos tratos. Las fuerzas armadas gubernamentales sirias siguen actuando contra la población civil y bienes de carácter civil, como hospitales y escuelas. Continúan llevando a cabo ataques indiscriminados. Siguen sin permitir el acceso de la Comisión de Investigación sobre Siria de la ONU para que investigue de manera independiente lo que está sucediendo en el país. Y así sucesivamente.
Los llamamientos que Amnistía Internacional y otros han hecho a los grupos armados de oposición han sido igualmente ignorados en su mayoría.
Las intolerables penalidades por las que ha tenido que pasar la población siria, y que tendrá que seguir soportando durante un tiempo, hacen que sea más importante que nunca que Amnistía Internacional y otras organizaciones de derechos humanos y humanitarias sigan apoyando solidariamente a la población civil que sufre las peores consecuencias del conflicto. Haremos lo posible por investigar y documentar crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, hacer campaña y captar apoyos para que terminen los abusos, y pedir el procesamiento de todas las personas sospechosas de ordenarlos o cometerlos.
Aunque tardíamente, el Consejo de Seguridad de la ONU asumió al menos algunos de nuestros llamamientos en su Resolución 2139, del 22 de febrero. Por tanto es un momento muy oportuno para que todos nos unamos y reclamemos al gobierno sirio que acate la resolución y ponga fin a los asedios, los asesinatos y mutilaciones de civiles, la inanición deliberada, la tortura y las detenciones arbitrarias.
Esta movilización en nombre de la población civil de Siria incluye vigilias en torno al 13 de marzo de 2014, fecha en que nos sumaremos a miles de activistas de todo el mundo para demostrar que estamos #ConSiria.
Actúa:
Acabar con el sufrimiento de la población civil sitiada en Siria
Más información:
3er aniversario: Llamamiento global para que no haya más derramamiento de sangre en Siria (comunicado de prensa, 13 de marzo de 2014)
Siria: Yarmouk sitiado, o el horror de los crímenes de guerra, el hambre y la muerte (comunicado de prensa, 10 de marzo de 2014)
Siria: La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, primera señal de esperanza (comunicado de prensa, 22 de febrero de 2014)