Comunicados de prensa
13 febrero 2014
Millones de personas empleadas en el trabajo doméstico están expuestas a sufrir explotación económica y abusos constantes en Indonesia, donde viven sin protección en un limbo jurídico, ha manifestado Amnistía Internacional hoy, 15 de febrero, cuando el país celebra el Día Nacional de los Trabajadores Domésticos.
La organización ha pedido al Parlamento que apruebe una ley sobre el trabajo doméstico con urgencia, antes de que termine la actual legislatura en septiembre de 2014.
“Las personas empleadas en el trabajo doméstico siguen siendo básicamente ciudadanos de segunda clase en Indonesia. Son mujeres y niñas en su gran mayoría, y millones de ellas están expuestas a sufrir explotación y son, en muchos casos, víctimas de abusos, pero no tienen medios jurídicos de mejorar su situación”, ha señalado Papang Hidayat, investigador de Amnistía Internacional sobre Indonesia.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2004, último año sobre el que se dispone de estadísticas, había unos 2,6 millones de trabajadores y trabajadoras domésticos en Indonesia. Es probable que la cifra sea mayor en la actualidad.
Según la legislación indonesia, las personas empleadas en el trabajo doméstico no disfrutan de la misma protección que los demás trabajadores. Suelen vivir de míseros sueldos y en malas condiciones, y se les impide denunciar los abusos de sus empleadores.
Desde 2010 hay en la agenda legislativa una ley sobre el trabajo doméstico que supondrá un gran avance en la mejora de la protección jurídica. Sin embargo, su aprobación viene sufriendo numerosas demoras.
“Las personas empleadas en el trabajo doméstico tienen los mismos derechos que cualquier otro trabajado de Indonesia, así que no tienen por qué continuar en un limbo jurídico”, ha afirmado Papang Hidayat.
“Es vergonzoso que el gobierno sea tan lento en la cuestión de la ley sobre el trabajo doméstico. El Parlamento debe aprobarla de inmediato, antes de que termine la legislatura.”
Una serie de dramáticos casos ocurridos durante el último año han puesto de relieve la situación de vulnerabilidad en que se encuentran las personas empleadas en el trabajo doméstico en toda Indonesia.
El nombre de Siti Nur Amalah saltó a los titulares en diciembre de 2013, cuando se supo que la persona para la que trabajaba en Yakarta le había hecho pasar hambre, golpeado y agredido sexualmente durante un periodo de cuatro meses en 2012. Como consecuencia de los abusos estaba ciega y traumatizada, y había sido devuelta a la agencia de contratación con la advertencia de que no denunciara lo que le había ocurrido.
Amnistía Internacional insta al Parlamento indonesio a que apruebe a la primera oportunidad la ley sobre el trabajo doméstico y garantice que se ajusta a las normas internacionales.
En particular se debe: limitar de manera de razonable la horas de trabajo, garantizar un sueldo y unas condiciones de vida adecuados, definir claramente los periodos de vacaciones y atender jurídicamente las necesidades específicas de las mujeres. Tiene que establecerse una vía clara para hacer rendir cuentas a los empleadores que cometan abusos contra sus trabajadores y trabajadoras.
Información complementaria
Indonesia no ha ratificado aún el Convenio 189, Trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos, de la OIT. En julio de 2011, cuando se estaba aprobando el Convenio, el presidente Susilo Bambang Yudhoyono hizo público el compromiso de apoyarlo. Además, el ministro de Trabajo y Transmigración también se ha comprometido a ratificarlo este mismo año. Amnistía Internacional insta a las autoridades a que lo ratifiquen de inmediato.
La organización se ha solidarizado con el Red de Defensa de los Trabajadores y Trabajadoras Domésticos (Jala-PRT), coalición nacional de sindicados y organizaciones indonesios que lleva años haciendo campaña en favor de los derechos de las personas empleadas en el trabajo doméstico. Jala-PRT está organizando esta semana una serie de actividades para celebrar el Día Nacional de los Trabajadores Domésticos y pedir que se apruebe la ley.