Comunicados de prensa
29 enero 2014
La reunión de jefes de Estado de la Unión Africana (UA) que comienza mañana debe abordar la crisis creciente de la República Centroafricana y asegurarse de completar el despliegue total y rápido de fuerzas de paz para proteger a la población civil de las zonas rurales, en peligro de sufrir un ataque inminente.
A lo largo de la semana pasada, Amnistía Internacional ha recabado información de primera mano sobre matanzas en gran escala de civiles, tanto cristianos como musulmanes, en la región noroccidental de la República Centroafricana. La presencia de fuerzas internacionales de paz en esta zona es esencial para contribuir a prevenir atrocidades, teniendo en cuenta sobre todo que están convergiendo en ella milicias rivales.
“Existe un peligro real de que se produzca otra escalada de lo que ya es una catástrofe humana. Las fuerzas de paz han tenido efecto donde se han desplegado, pero hay grandes partes del noroeste del país donde brillan por su ausencia y donde se han atacado ciudades y existe un riesgo real de que se cometan más atrocidades”, ha declarado Donatella Rovera, asesora general de Amnistía Internacional sobre respuesta a las crisis que está actualmente en la región.
Los enfrentamientos armados entre milicias antibalaka y los restos de las fuerzas ex Seleka y sus partidarios en la última semana han causado homicidios ilegítimos y heridos entre la población civil, así como el incendio de miles de casas. Amnistía Internacional cuenta con dos asesores generales sobre respuesta a las crisis que informan desde los alrededores de Baoro, Bossemptele y Bozoum.
“Tememos que la población civil de la República Centroafricana esté pagando un alto precio por los retrasos de la UA. La reunión de jefes de Estado de mañana debería servir para garantizar que se despliegan de forma rápida y efectiva las tropas restantes para que cumplan su mandato de proteger a la población civil”, afirmó Netsanet Belay, director del programa regional para África de Amnistía Internacional.
Las tropas de paz han sido enviadas a la República Centroafricana con un mandato claro: proteger la vida de los civiles. En los lugares donde se han desplegado, la situación ha cambiado, pero los sucesos recientes demuestran que deben desplegarse en las zonas donde existe un peligro real e inminente para la población civil.
La ausencia de transporte y de servicios básicos o ayuda humanitaria tiene atrapados a los civiles desplazados por el conflicto, que no pueden huir en busca de seguridad, carecen de apoyo y viven un peligro muy real de sufrir ataques.