A pesar de las medidas positivas, la población mundial sigue en peligro de vigilancia masiva
En respuesta al discurso sobre vigilancia pronunciado hoy por el presidente Obama, Steven W. Hawkins, director ejecutivo de Amnistía Internacional Estados Unidos, ha hecho la siguiente declaración:
“La impresión general que se saca del discurso de hoy es que el derecho a la intimidad sigue gravemente amenazado, tanto en nuestro país como en todo el mundo. El hecho de que el presidente Obama haya reconocido la necesidad de salvaguardar la intimidad de las personas en todo el mundo es importante, pero insuficiente para poner fin a la grave preocupación mundial por la vigilancia masiva, que por su propio carácter constituye un abuso.
“El presidente Obama ha tomado medidas positivas para aumentar la transparencia, establecer más salvaguardias tanto para los ciudadanos como para los no ciudadanos y restringir la recopilación masiva por su administración de ciertos tipos de información. Sin embargo, no ha reconocido el carácter abusivo de la vigilancia masiva ni ha hecho que las normas de derechos humanos ocupen un lugar central en la política de Estados Unidos.
“Los ajustes efectuados por el presidente Obama en las prácticas de vigilancia se recordarán como simples paños calientes si su administración no emprende reformas más profundas.
“El presidente ha reconocido la necesidad de restringir la vigilancia de la gente en todo el mundo. Esto, aunque positivo, no es todo lo que se necesita para proteger el derecho a la intimidad y evitar que se someta a vigilancia a personas por sus creencias o su historial. Además, la orden ejecutiva 12333 –que permite que el presidente autorice más programas de vigilancia sin examen judicial– sigue dando carta blanca para posibles abusos.
“Cambiar el almacenamiento de información no es abordar el problema fundamental: la recopilación masiva de datos personales. Aun implantando controles adicionales, las personas de a pie siguen en peligro de que un tribunal secreto dicte un fallo secreto, y las cartas relativas a la seguridad nacional siguen estando exentas de revisión judicial.
“No importa cuál sea su nacionalidad o el lugar donde vivan, todas las personas tienen derecho a la intimidad según las leyes internacionales, y la vigilancia del gobierno debe ajustarse a los principios de derechos humanos, incluida la necesidad, la proporcionalidad y el debido proceso. Además, las personas tienen derecho a dar la voz de alarma ante indicios de abuso.
“Para proteger la intimidad y garantizar la seguridad, la administración Obama y el Congreso deben hacer que los principios de derechos humanos sean el eje de la reforma de la vigilancia. Las salvaguardias de derechos humanos permiten una vigilancia legal y eficaz, y al mismo tiempo son una protección frente al poder incontrolado del ejecutivo. “