Muchos gobiernos continúan alimentando los conflictos en todo el mundo e incumpliendo las reglas del histórico Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA) al suministrar armas a autores de violaciones de derechos humanos conocidos, declaró hoy Amnistía Internacional. Los delegados se reunirán esta semana en Tokio con motivo de la cuarta Conferencia de los Estados Partes en el TCA, de periodicidad anual.
“Este año, el ejército israelí, que recibe generosos suministros de armas de Estados Unidos y países de la Unión Europea, abatió a tiros a 140 manifestantes palestinos e hirió a miles más en Gaza. Entretanto, la coalición dirigida por Arabia Saudí, que goza de pleno respaldo de Reino Unido, Francia, Estados Unidos y otros países, continúa infligiendo un sufrimiento devastador a la población civil yemení”, explicó Patrick Wilcken, investigador de Control de Armas y Derechos Humanos de Amnistía Internacional.
“El Tratado sobre el Comercio de Armas establece claramente la prohibición de exportar armas cuando exista un riesgo real de contribuir a cometer o facilitar violaciones de derechos humanos. Los Estados que continúan suministrando armas a Arabia Saudí e Israel están incumpliendo las reglas descaradamente.”
El TCA entró en vigor en 2014 tras años de un dedicado trabajo de campaña de Amnistía Internacional y otras ONG. Prohíbe la transferencia internacional de armas, municiones y artículos relacionados cuando se sepa que pueden utilizarse para cometer crímenes de guerra, o cuando exista un riesgo preponderante de que se destinen a cometer o facilitar violaciones graves de derechos humanos.
Las transferencias de armas alimentan los conflictos en todo el mundo
La negativa de Reino Unido, Francia, Estados Unidos y otros Estados a suspender las transferencias de armas a Arabia Saudí, pese a la letanía de posibles crímenes de guerra llevados a cabo por la coalición que dirige en Yemen, se ha convertido en un caso emblemático de comercio de armas irresponsable. Durante el año pasado hubo algunos avances, como el reconocimiento por parte de un creciente número de países de que armar a la coalición dirigida por Arabia Saudí podía implicarlos en la comisión de crímenes de guerra.
Activistas, periodistas y algunas personalidades políticas de países como Bélgica, Finlandia, Alemania y Grecia han comenzado a cuestionar las transferencias de armas a la coalición dirigida por Arabia Saudí. En algunos casos, los Estados han suspendido las transferencias a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y otros miembros de la coalición por sus acciones en Yemen.
En abril y mayo de este año, Amnistía Internacional reiteró su petición de un embargo de armas a Israel después de que soldados israelíes abatieran a tiros, a lo largo de la valla que separa la Franja de Gaza de Israel, a al menos 140 manifestantes palestinos que no constituían una amenaza inminente para la vida. Emiratos Árabes Unidos es con mucho el mayor proveedor de armas de Israel, pero muchos otros Estados Partes en el TCA, entre ellos Alemania, Francia, Italia, Bulgaria, República Checa y Corea del Sur, continúan suministrando armas y municiones al país.
Pese a estos casos concretos y bien documentados, en pasadas ediciones de la conferencia ha habido una marcada reticencia a debatir cuestiones de fondo. Además de llamar la atención sobre los posibles incumplimientos del tratado, Amnistía Internacional ha expresado motivos de preocupación por la continua falta de transparencia. A 31 de mayo se habían presentado menos de la mitad de los informes anuales sobre exportaciones e importaciones en 2017 previstos. Dos Estados Partes eligieron que sus informes fueran confidenciales, mientras que varios retuvieron información por razones comerciales o de seguridad nacional.
“Ha habido una abrumadora falta de voluntad política de los Estados a la hora abordar los incumplimientos del tratado y garantizar la rendición de cuentas relativa a informar sobre los incumplimientos en las pasadas ediciones de la conferencia, que en su lugar han girado más bien en torno a cuestiones administrativas”, manifestó Patrick Wilcken.
“El Tratado sobre el Comercio de Armas se concibió para reducir el sufrimiento humano y aumentar la transparencia en torno al comercio mundial de armas, pero muchos Estados continúan dando prioridad a las relaciones políticas y comerciales lucrativas en detrimento de estos objetivos. El tratado tiene el potencial de salvar innumerables vidas, pero sólo si los Estados hacen honor a sus obligaciones.”
Con motivo de la reunión en Tokio, Amnistía Internacional ha puesto de relieve otros tres posibles incumplimientos del tratado.
Recientemente, investigadores de Amnistía Internacional han identificado a una fábrica de Serbia como origen de los rifles que los soldados cameruneses utilizaron para ejecutar extraoficialmente a civiles en la ciudad de Achigachia. La organización también ha examinado material visual que muestra un rifle Zastava M21 serbio en manos de los separatistas armados que perpetraron ataques violentos en las regiones anglófonas de Camerún. Según datos de la ONU y los informes anuales del Tratado sobe el Comercio de Armas, Serbia ha sido un importante exportador de armas pequeñas a Camerún durante el pasado decenio. No es la primera vez que se han documentado abusos contra los derechos humanos cometidos por fuerzas camerunesas con armas pequeñas de fabricación serbia. Amnistía Internacional pide a Serbia y a todos los demás Estados que suspendan los futuros suministros de armas.
Amnistía Internacional también ha documentado el uso excesivo de la fuerza y las ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo por las autoridades de Nicaragua para reprimir las protestas que comenzaron en abril. Desde entonces, han muerto alrededor de 300 personas, la inmensa mayoría a manos de la policía o de grupos parapoliciales. Según la Base de Datos Estadísticos sobre Comercio de Mercancías de la ONU, durante los últimos cuatro años Nicaragua ha importado armas pequeñas, componentes relacionados y municiones principalmente desde Estados Unidos, seguido de Brasil y México.
En Filipinas, el presidente Duterte continúa con su campaña de violencia contra presuntos delincuentes relacionados con las drogas, en la que han muerto miles de personas. Las armas con las que se han cometido la mayoría de estos homicidios son armas pequeñas, especialmente pistolas y revólveres. Varios países han exportado armas pequeñas a Filipinas, entre ellos Israel, Bulgaria, Sudáfrica, India y Corea del Sur. China y Rusia también se han ofrecido a suministrar armas pequeñas a Filipinas.