• Amnistía Internacional lanza una nueva campaña global, Valiente, con el fin de detener la ola de ataques contra quienes defienden los derechos humanos;
• En 2016 perdieron la vida 281 personas por defender los derechos humanos, de los cuales 217 fueron en las Américas;
• Los asesinatos a defensores en las Américas ocurrieron en Colombia, Brasil, Honduras, México, Guatemala, El Salvador, Perú y Guatemala;
• Los defensores y defensoras de los derechos humanos se enfrentan a una agresión sin precedentes a escala global en medio de una retórica de demonización, restricciones a la sociedad civil y un uso generalizado de la vigilancia
Líderes y lideresas comunitarios, profesionales de la abogacía, periodistas y otros defensores y defensoras de los derechos humanos en todo el mundo afrontan niveles inéditos de persecución, intimidación y violencia, advirtió Amnistía Internacional hoy en la presentación de una nueva campaña global que pide el fin de los ataques contra personas valientes que luchan contra la injusticia.
La escala de los asesinatos en Brasil, Colombia, Guatemala, Honduras, México y El Salvador son una muestra clara de lo peligroso que es defender los derechos humanos en las Américas. Las agresiones sin medida, el hostigamiento y la violencia que viven a diario defensores, activistas y organizaciones nace de una criminalización sistemática de gobiernos que, contra todo derecho, no detienen esta persecución.
“Lo que presenciamos hoy es una agresión abierta por parte de estados, grupos armados, empresas y otros actores con poder contra el derecho mismo a defender los derechos humanos. Las personas que los defienden son quienes llevan la peor parte de esta agresión de dimensiones globales”, dijo Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.
“Al despojarlas de su derecho a protestar, colocarlas bajo vigilancia y convertirlas, junto a sus comunidades, en blanco de acoso, amenazas y agresiones físicas, los estados están cortando el suministro de oxígeno a quienes defienden nuestros derechos.”
En un nuevo documento, “Defensores y defensoras de los derechos humanos bajo amenaza. La reducción del espacio para la sociedad civil”, publicado hoy para acompañar la nueva campaña, Amnistía Internacional detalla los peligros sin precedentes que afrontan quienes defienden los derechos humanos. Se ha convertido en una persecución cada vez más letal: En 2016 según datos de Front Line Defenders, 281 personas perdieron la vida en todo el mundo por defender los derechos humanos, de las cuales 217 transcurrieron en las Américas, según las pruebas de la ONG Front Line Defenders.
“La labor de defender los derechos humanos se ha convertido en uno de los mayores peligros para quienes viven en las Américas. Su labor es criminalizada y estigmatizada todos los días. La persecución de la que son presa los y las activistas tiene que detenerse ahora mismo. La valentía y la lucha con las que defienden los derechos de todos y todas debe reconocerse”, dijo Erika Guevara-Rosas, Directora General para las Américas de Amnistía Internacional.
“Unos líderes autoritarios y resueltos a aniquilar los derechos humanos quieren hacernos creer que son los únicos que buscan lo mejor para nosotros, pero no es así. De hecho, quienes defienden los derechos humanos son los que luchan por nosotros —y se enfrentan a la persecución por atreverse a hacerlo—. Ahora, en 2017, la difícil situación de los defensores y defensoras de los derechos humanos ha llegado a un punto crítico debido a las medidas adoptadas por Estados abusivos”, dijo Salil Shetty.
Utilización de un creciente arsenal de instrumentos para reprimir a los defensores y defensoras
La combinación de vigilancia masiva, nuevas tecnologías, uso indebido de las leyes y represión de protestas pacíficas ha creado un nivel de peligro sin precedentes para los y las activistas de derechos humanos, advierte el documento.
Entre las nuevas tendencias está el uso generalizado de las nuevas tecnologías y la vigilancia selectiva, incluso a través de Internet, para amenazar y silenciar a los activistas.
El gobierno de Bahréin, por ejemplo, hace un seguimiento a activistas de derechos humanos exiliados utilizando programas espías, y gobiernos de todo el mundo ordenan a las empresas que revelen claves de cifrado y descifren comunicaciones personales en línea sin pensar en las consecuencias. En el Reino Unido, la policía ha puesto a periodistas bajo vigilancia con el fin de identificar sus fuentes.
En lugares como México y Rusia, redes de troles están generando cada vez más campañas de desinformación que se convierten en tendencia y cuyo objetivo es desacreditar y estigmatizar a quienes defienden los derechos humanos, como los periodistas.
En países como Honduras, Guatemala y Perú, la criminalización hacia organizaciones, defensores y activistas que luchan por asuntos de tierra, territorio y medio ambiente se ha intensificado de manera alarmante en los últimos años. La estigmatización de la que son presa las personas que defienden los derechos humanos va del hostigamiento al asesinato.
Estas nuevas tendencias se suman al ya peligroso arsenal de herramientas de supresión, entre ellas los homicidios y las desapariciones forzadas, la represión del derecho a protestar de forma pacífica y el uso indebido de leyes penales, civiles y administrativas para perseguir a los defensores y defensoras de los derechos humanos.
Amnistía Internacional señala que en 2016, a nivel global:
– en al menos 22 países hubo personas a las que mataron por defender pacíficamente los derechos humanos;
– en 63 países los defensores y defensoras fueron objeto de campañas de desprestigio;
– en 68 países los arrestaron o detuvieron solo por su labor pacífica; y
– en 94 países recibieron amenazas o sufrieron agresiones.
“Gobiernos de distintas tendencias políticas, cuando no amenazan u hostigan a quienes defienden los derechos humanos, intentan cultivar una hostilidad abierta hacia esos defensores y defensoras mediante la propagación de una retórica demonizadora que representa a las personas activistas como terroristas o agentes extranjeros. Esta afirmación no podría estar más lejos de la realidad”, dijo Salil Shetty.
“La pregunta ahora es: ¿Vamos a permanecer de brazos cruzados y permitir que quienes están en el poder prosigan sus esfuerzos para eliminar a los defensores y defensoras de los derechos humanos, que suelen ser la última línea de defensa de una sociedad libre y justa? ¿O nos levantaremos y nos interpondremos?”
Amnistía Internacional lanza una nueva campaña para “proteger a los y las valientes”
A la luz de los peligros inéditos que afronta la comunidad de activistas de derechos humanos, Amnistía Internacional lanza hoy una nueva campaña, Valiente, que pide a los Estados que reconozcan el trabajo legítimo de quienes trabajan para defender la dignidad inherente y la igualdad de derechos de todas las personas, y que garanticen su libertad y su seguridad.
Amnistía Internacional pide que los países apliquen aquello a lo que se comprometieron cuando las Naciones Unidas aprobaron la Declaración sobre los Defensores de los Derechos Humanos en 1998. La Declaración pide a los Estados que reconozcan el papel importante que desempeñan quienes defienden los derechos humanos y que establezcan medidas eficaces para protegerlos.
La campaña global destacará los casos de personas que se enfrentan a un peligro inminente debido a su trabajo en la esfera de los derechos humanos, captará el apoyo de los gobiernos y presionará a quienes son responsables de la toma de decisiones para que fortalezcan los marcos jurídicos. Además, Amnistía Internacional seguirá investigando los ataques contra activistas y trabajará codo con codo con comunidades y activistas a escala local para movilizar a las personas para que actúen.
“Desde Frederick Douglass hasta Emily Pankhurst, pasando por Rosa Parks, B. R. Ambedkar, Nelson Mandela y Berta Cáceres, la historia está llena de personas comunes que se negaron a aceptar la situación establecida y dieron la cara por lo que era justo”, dijo Salil Shetty.
“Ese espíritu de valentía sigue vivo hoy en día. Hay muchas personas aquí y ahora, ya sean como Malala Yousafzai, Chelsea Manning o Máxima Acuña que están asumiendo muchos riesgos por nosotros.”
“Sin su valentía, nuestro mundo es menos justo y menos igualitario. Por esta razón pedimos a todos y a todas —no solo a los líderes y lideresas mundiales— que apoyen a quienes defienden los derechos humanos y protejan a los y las valientes.”
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Notas para periodistas
Para leer el documento y saber más sobre la campaña Valiente y los casos de personas en situación de riesgo, consulten esta página