Protesta frente a la sede del grupo Koza İpek’s en octubre de 2015. Copy: Yıldız Yazıcıoğlu – Kanaltürk ve Bugün TV Yayınları Durduruldu.
Amnistía Internacional hace un llamamiento a las autoridades turcas para que garanticen que los medios de comunicación que forman parte del grupo Koza Ýpek pueden informar con libertad e independencia, tras el envío ayer de administradores del gobierno para sustituir al equipo directivo del grupo. Estas operaciones constituyen un ataque indignante más contra los periodistas y la libertad de expresión en Turquía, y tienen lugar sólo cuatro días antes de las decisivas elecciones parlamentarias del domingo.
El grupo Koza Ýpek comprende medios de comunicación que abarcan televisión y medios impresos y en línea, entre ellos los periódicos Millet y Bugün y los canales de noticias Bugün y Kanaltürk. Todos ellos son firmes críticos del gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AK Parti). Las acciones de hoy tienen lugar en un entorno en el que es habitual que periodistas, defensores y defensoras de los derechos humanos, activistas y ciudadanos corrientes sean procesados y juzgados por expresar pacíficamente sus legítimas opiniones.
Esta tarde, las emisiones de los canales de noticias Kanaltürk y Bugün fueron interrumpidas tras la entrada en el edificio de los administradores del gobierno con policías que entraron por la fuerza. Tarýk Toros, redactor jefe del canal Kanaltürk, fue relevado de sus funciones y sacado del edificio con las manos esposadas por la policía.
El lunes, un tribunal de Ankara aprobó la petición del fiscal de enviar administradores del gobierno para sustituir al equipo directivo del grupo Koza Ýpek. La orden se justificó alegando “firme sospecha de comisión de delitos [por el grupo]”. Esta medida tiene lugar tras el allanamiento en septiembre de la sede central del grupo Koza Ýpek como parte de una investigación en curso sobre financiación del terrorismo en el contexto de los presuntos vínculos entre el grupo y lo que el gobierno ha calificado de “organización terrorista de Fetullah Gülen”.
La ruptura entre el gobierno y Fethullah Gülen, influyente predicador y antes estrecho aliado del gobierno, se intensificó en diciembre de 2013, cuando las autoridades actuaron para acallar una investigación criminal sobre presunta corrupción dentro del círculo de allegados del entonces primer ministro Erdoðan. El gobierno calificó la investigación de conspiración de una “estructura paralela” de partidarios de Fethullah Gülen en la policía y la judicatura, y prometió tomar medidas adicionales contra él y su red de simpatizantes.
Esta misma semana, fiscales de Estambul presentaron ante el tribunal un acta de acusación formal en la que acusaban a 122 personas, entre ellas Fethullah Gülen, de cargos como “dirigir o financiar una organización terrorista armada”.
Los recientes ataques contra el grupo Koza Ýpek constituyen un ejemplo más de los intentos de las autoridades de silenciar la disidencia hostigando e intimidando a quienes mantienen una actitud crítica hacia el gobierno.