De Thais Gomes, 9 octubre 2015,
“¿Cómo puedo hacerle saber a mi amigo que me importa el abuso que está sufriendo y que no me gusta verlo sufrir?”
“¿Cómo puedo ayudarle y qué puedo hacer al respecto?”
Los autores de estas preguntas son alumnos y alumnas del Colegio Santiago de León de Caracas y la Escuela Comunitaria Luisa Goiticoa, en Venezuela, que visualizaron sus experiencias de acoso escolar a través de caricaturas e historietas para encontrar fórmulas para poner fin a los comportamientos abusivos en la escuela.
Hablamos con Vivian Díaz, coordinadora de educación en derechos humanos de Amnistía Internacional Venezuela, para saber más.
“Nuestro método es sacar la creatividad de niños y niñas y aprovechar sus propias ideas para educar a todas las personas, tanto profesores como estudiantes, en relación con cuán serio es el problema del acoso escolar. Chicos y chicas, entre 8 y 12 años, convierten sus experiencias en historias que luego son ilustradas gracias al trabajo de profesionales, para darles forma de historietas y caricaturas que atrapan e inspiran a la gente a hablar sobre el problema,” explica Vivian.
Alumnos y alumnas en la escuela trabajan en grupos para compartir sus experiencias de acoso escolar, mediante representaciones de juegos de rol o escribiendo sus historias. Las historias se convierten después en una revista de historietas en la que se comparten las experiencias reales o imaginarias de los alumnos y alumnas y que constituye una forma llamativa y motivadora de que se abran y encuentren soluciones para poner fin al comportamiento abusivo en la escuela.
Los ilustradores usan las ideas y el lenguaje propios de los niños y niñas, lo que ayuda a garantizar que los mensajes se entienden, reflejan la diversidad y las experiencias reales de las vidas de los estudiantes, y al mismo tiempo validan las ideas y realidades de los niños y niñas.
Alumnos y alumnas participan también en talleres de prevención del acoso escolar cuyo objetivo es reforzar lo que han aprendido sobre el acoso escolar y explorar cómo prevenir o responder a los actos de acoso escolar que puedan presenciar o experimentar dentro de los centros escolares: en el cuarto de baño, el aula y el patio, así como a través de ciberacoso.
“Me gustó. Nadie tiene por qué estar solo, hace falta trabajo en equipo”, dijo una niña de 10 años de una escuela. “Te enseña que aunque la gente te trate mal tú no necesitas regresárselo o excluir a nadie.”
Un niño de 12 años participante en el proyecto dijo: “Nos gustó porque nos enseñan que el grupo de los chicos populares no es el mejor, el mejor es el que te acepta”.
Según Vivian, las principales preocupaciones del proyecto son averiguar las causas del acoso escolar y cómo se lleva a cabo. Vivian entiende que el proyecto ejerce una influencia positiva en los niños y niñas que todos los días son testigos de la violencia en la sociedad, y que sienten una gran empatía por el dolor de sus amigos cuando pueden compartir sus distintas experiencias de acoso escolar.
La revista “Timbre contra el acoso escolar” se publicó por primera vez en mayo de 2015 junto con tarjetas de orientación para padres y madres. Dado que los dibujos pueden reeditarse, otros centros escolares pueden aplicar este enfoque para comenzar a crear sus propias versiones basadas en las experiencias de su alumnado.