Bodo, Nigeria: ‘Estaba encantado de que Shell accediera a pagar’

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Recientemente, la empresa petrolera Shell se ha visto forzada a pagar una indemnización de 55 millones de libras esterlinas a los habitantes de Bodo, en Nigeria, a causa de dos importantes vertidos de petróleo que destrozaron sus vidas en 2008. Uno de ellos es el pastor Christian Lekoya Kpandei, de 53 años, piscicultor nacido y criado en Bodo que cuenta con una congregación de 300 feligreses. Christian nos relata cómo esta trascendental demanda está cambiando la vida de la gente.

¿Cómo se sintió cuando llegaron a un acuerdo con Shell?
Sentí una alegría indescriptible. Estaba encantado de que Shell accediera a pagar, porque esto no había ocurrido nunca en los últimos 50 años, desde que las empresas petroleras llegaron al delta del Níger. Pasará a la historia: provocó un gran júbilo entre todo el mundo, jóvenes y ancianos.

¿Qué ha cambiado gracias a la indemnización?
La gente ya está comenzando a reconstruir Bodo, por todos lados. Yo mismo voy a construir nuevos estanques piscícolas para producir 10.000 bagres al año. Tras los vertidos, no podíamos permitirnos pagar los gastos escolares, pero ahora mis hijas han vuelto al colegio. Los niños fueron los más afectados; ahora, muchos de ellos tienen dinero en el banco para el futuro.

Shell todavía no ha limpiado el vertido, ¿cómo afecta esto a las personas?
La salud de la gente no es buena, pero aquí no hay un hospital apropiado. El agua, la fruta, los árboles… todo está contaminado. Mis antiguos viveros están en la ribera del río, así que no puedo volver hasta que lo hayan limpiado. Shell ha prometido cosas, pero solo sabremos que va en serio cuando nombre un contratista adecuado para realizar la limpieza.

¿Qué diferencia ha marcado el apoyo internacional de Amnistía y otras organizaciones?
Me encanta. Sinceramente, siento que ahora Bodo es una comunidad internacional. Podemos recurrir a gente que está en Europa, cuando antes no nos escuchaba nadie. También damos las gracias al CEHRD (el Centro para el Medio Ambiente, los Derechos Humanos y el Desarrollo), que ha estado al frente de todo.

¿Contribuirá el caso de la comunidad de Bodo a detener otros vertidos?
Ahora, otras comunidades pueden protestar también, y nosotros podemos compartir con ellas lo que hemos aprendido. Amnistía y el CEHRD me capacitaron para vigilar vertidos de petróleo, así que puedo ayudar a otras personas. Pero las empresas también deben sustituir los oleoductos; el que causó los vertidos de Bodo ya es muy antiguo. Todavía podrían quedar muchas batallas legales por delante.

¿Que espera para el futuro de Bodo?
Creo que podemos tener un futuro brillante, pero nos llevará algún tiempo. Los expertos dicen que pasarán 20 o 30 años antes de que se recupere el medio ambiente, pero creo que Bodo puede ser un referente para otras comunidades del delta del Níger. Para ellas [la indemnización] parece un sueño, pero es real.

Esta entrevista se publicó también en la edición de abril-junio de 2015 de la revista global de Amnistía Internacional Wire (‘Miradas’ en la edición en español), con el título de “Dinero en la cuenta”.

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