En un golpe de vista
Nigeria: los derechos humanos en cifras
• 166.600.000: Población de Nigeria (ONU, 2012). Alrededor de la mitad es menor de 18 años.
• 9 millones: Número de niños y niñas huérfanos, según UNICEF.
• 7,4: Porcentaje de bebés que no sobreviven al primer año de vida.
• 52/53: Esperanza de vida para hombres y mujeres, respectivamente (ONU).
• 3.005,51 dólares estadounidenses: Producto interior bruto (Banco Mundial, 2013).
• 70: Porcentaje que representa el sector del petróleo y el gas en los ingresos del Estado de Nigeria.
• Uno de cada tres nigerianos viven en barriadas marginales o asentamientos informales en condiciones de pobreza y hacinamiento, con acceso limitado a agua apta para el consumo y bajo la amenaza constante del desalojo forzos.
• 2 millones: Número de personas desalojadas forzosamente de sus casas desde el año 2000. Muchas de ellas siguen sin hogar.
• 19 por ciento: Porcentaje de casas en las zonas rurales con acceso a agua apta para el consumo.
• 8.000: Personas en prisión que no han sido declaradas culpables de ningún delito (siete de cada 10 reclusos).
Cuando los nigerianos se preparan para elegir a su presidente el 28 de marzo, echamos un vistazo a algunas de las principales cuestiones de derechos humanos que afrontan las personas que viven en el país más populoso y rico en petróleo de África.
¿Hasta qué punto es mala la situación de los derechos humanos en Nigeria?
Es muy mala. El sangriento ataque de Boko Haram en el nordeste del país y la dura respuesta del ejército ha causado la muerte de miles de civiles y obligado a huir a cientos de miles más. Mujeres, hombres, niños y niñas viven en el constante temor de ser asesinados y secuestrados por Boko Haram y de ser sometidos a detención arbitraria, detención ilegítima, tortura e incluso ejecución por el ejército.
Pero no sólo preocupa enormemente la violencia en el nordeste del país: los problemas en el sistema de justicia de Nigeria, por ejemplo, están profundamente arraigados.
El 68 por ciento de las 55.000 personas recluidas en las hacinadas prisiones nigerianas ha sido condenado, pero lleva esperando a que concluyan sus casos, muchas de ellas desde hace años. Los condenados han sido sometidos por lo general a juicios gravemente injustos y muchos sufrieron torturas y carecieron de acceso a un abogado. Hay más de mil condenados a muerte que aguardan al día en que el Estado decida matarlos. Irónicamente, quienes cometen violaciones de derechos humanos rara vez son enjuiciados.
La pobreza y la desigualdad son también problemas importantes, pues hay millones de personas que no tienen acceso a una vivienda adecuada, son desalojadas forzosamente de sus casas y carecen incluso de agua potable.
En torno al delta del Níger, comunidades enteras viven a merced de compañías petroleras sin escrúpulos que han contaminado sus tierras y arrasado el entorno del que depende la comida, el agua y los medios de vida de sus habitantes. Los vertidos de petróleo causados por oleoductos envejecidos y actividades ilegales como el robo de petróleo son conocidos y endémicos, pero las empresas no limpian debidamente, si es que limpian.
¿No es Boko Haram responsable de la mayoría de los problemas de Nigeria?
El grupo armado Boko Haram es responsable de gran parte de la violencia y de las muertes que afectan a grandes zonas de Nigeria.
Desde que comenzó su campaña de violencia, después de que la policía matara al líder del grupo en una ejecución extrajudicial en 2009, Boko Haram ha llevado a cabo una despiadada campaña de muertes y horror que incluye al menos 350 ataques y bombardeos entre 2013 y 2014 en los que murieron al menos 5.400 civiles.
Pero el auge de Boko Haram es un reflejo de los múltiples problemas que afronta la Nigeria moderna, como la pobreza. Se sabe que el grupo ha reclutado a varones jóvenes marginados, a veces por la fuerza.
Una vez más, la ausencia de justicia por crímenes del derecho internacional y otras violaciones y abusos graves contra los derechos humanos es un problema importante. Del mismo modo que el gobierno no ha hecho que sus propias fuerzas rindan cuentas de sus actos, ha enjuiciado a muy pocos presuntos miembros o simpatizantes de Boko Haram por crímenes de derecho internacional y otros abusos graves contra los derechos humanos, como la tortura.
¿Y las niñas de Chibok? ¿Qué les ha pasado?
Las 276 escolares secuestradas el pasado mes de abril en la Escuela Secundaria Femenina Oficial de Chibok son algunas de las víctimas de la despiadada campaña de Boko Haram contra las autoridades e instituciones laicas de Nigeria.
Algunas de las niñas huyeron de sus captores, pero aún faltan por localizar 219.
En vídeos publicados en Internet, el líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, ha declarado que el grupo había obligado a las niñas a casarse, pero hasta ahora nadie ha podido confirmar lo que les ha sucedido.
¿No se resolverían los problemas de Nigeria con mejores leyes?
El problema de Nigeria no es la falta de leyes. De hecho, desde que obtuvo la independencia en 1960, Nigeria ha firmado varios tratados internacionales destinados a proteger los derechos humanos. Incluso la Constitución del país garantiza los derechos fundamentales de las personas.
Aunque Nigeria no penaliza aún la tortura y tiene otras lagunas legislativas importantes, es evidente que uno de los mayores problemas del país es que no se respetan ni se hacen cumplir las leyes que ya existen. Por ejemplo, pese a las garantías constitucionales, se niega a los detenidos bajo custodia militar el acceso a sus abogados y familias, la policía no acusa ni pone en libertad a los detenidos dentro del plazo previsto en la Constitución, y el gobierno no obliga a las compañías petroleras que cumplan las normas medioambientales.
¿Qué hace el gobierno para acabar con los abusos que se cometen contra sus propios ciudadanos?
El gobierno dice que intenta parar a Boko Haram y velar por la seguridad de los habitantes del país. También ha prometido acabar con las violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad e incorporar los tratados internacionales de derechos humanos en las leyes nacionales, lo que incluye penalizar la tortura.
Sin embargo, en realidad el problema es que las personas responsables de violaciones de derechos humanos, incluidos los miembros del ejército y de la policía, rara vez rinden cuentas de sus actos, lo que transmite el mensaje de que pueden actuar con impunidad.
Pese a la postura oficial de las autoridades de que las violaciones de derechos humanos cometidas por el ejército y la policía en Nigeria son obra de unas pocas “manzanas podridas”, los datos demuestran que los problemas son sistémicos.
¿Y qué pueden hacer para cambiar las cosas?
Hay algunas medidas que las autoridades podrían y deberían adoptar sin demora, como iniciar un plan exhaustivo para reformar la fuerza policial y el sector de la justicia, imponer una moratoria a las ejecuciones con vistas a abolir en última instancia la pena de muerte, e introducir una ley que establezca salvaguardias contra los desalojos forzosos.
Mejorar la situación de los derechos humanos en Nigeria requiere voluntad política. Algunos de los cambios necesitarán una inversión económica, y otros que se implementen y se hagan cumplir las leyes y normas ya existentes.
¿Les preocupa la violencia que podría producirse en torno a las elecciones?
Las tensiones en Nigeria están aumentando y, lamentablemente, el país tiene un historial de violencia en relación con las elecciones. Es importante que los candidatos, el gobierno y las fuerzas de seguridad respeten los derechos humanos durante los comicios y después de ellos.
Los líderes y candidatos deben abstenerse de emplear una retórica de campaña incendiaria, y el gobierno y las fuerzas de seguridad deben hacer todo lo posible para garantizar la protección de la población civil y el respeto a los derechos humanos antes, durante y después de las elecciones.
¿Tienen alguna esperanza de que las cosas cambien realmente después de las elecciones? ¿Qué les gustaría que hiciera el nuevo gobierno?
Instamos al nuevo gobierno a que dé a los derechos humanos la máxima prioridad en su programa, a fin de romper el ciclo de violencia que afecta a toda Nigeria.
El nuevo gobierno deberá emprender investigaciones independientes, imparciales y exhaustivas sobre las denuncias de crímenes de derecho internacional como crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra, cometidos por miembros de Boko Haram y el ejército nigeriano. También deberá tomar medidas inmediatas para garantizar la seguridad y la protección de la población civil y de sus bienes en las comunidades afectadas por la violencia en curso.
Más allá de las zonas de conflicto, el gobierno deberá adoptar medidas firmes para erradicar la tortura, lo que incluye penalizarla y hacer que los responsables de cometer torturas comparezcan ante la justicia. Las autoridades deberán asimismo poner fin a todos los desalojos forzosos y garantizar que nadie vive bajo la amenaza constante de perder su hogar.