Hay indicios de que el ejército nigeriano había sido avisado reiteradamente de la inminencia de los ataques contra Baga y Monguno en los que murieron cientos de personas y no actuó adecuadamente para proteger a la población civil, ha dicho Amnistía Internacional.
De acuerdo a una fuente militar local de alto nivel y según apuntan otros indicios reunidos por Amnistía Internacional, en noviembre y diciembre de 2014 los jefes de la base militar de Baga informaron con frecuencia al alto mando del ejército de la amenaza de que se produjera un ataque de Boko Haram, y solicitaron reiteradamente refuerzos. Testigos y otras fuentes militares han dicho a Amnistía Internacional que en Monguno el ejército había sido advertido con antelación del ataque de Boko Haram del 25 de enero.
“De de estos indicios se deduce claramente que el alto mando del ejército nigeriano cometió un reiterado y terrible incumplimiento de su responsabilidad de proteger a la población civil de Baga y Monguno a pesar de que recibió varios avisos de la amenaza inminente de Boko Haram”, ha dicho Netsanet Belay, director del Programa Regional para África de Amnistía Internacional.
“Estos ataques son una llamada de atención urgente a los líderes de Nigeria, a la Unión Africana y a la comunidad internacional. Es fundamental que se proteja a cientos de miles de civiles del nordeste de Nigeria de los constantes ataques de Boko Haram.”
Según una fuente militar de alto nivel, mucho tiempo antes del ataque contra Baga, los efectivos de la Fuerza Especial Conjunta multinacional radicados en la localidad informaron al mando en Abuja del avistamiento de patrullas de Boko Haram y la concentración de combatientes del grupo. También avisaron antes de los ataques de que se estaba produciendo un éxodo masivo de civiles de las ciudades y pueblos de los alrededores.
Refiriéndose al ataque contra Baga, Dogon Baga y ciudades y pueblos vecinos, una fuente militar dijo a Amnistía Internacional: «Este ataque se esperaba, porque Boko Haram había avisado a los habitantes de Baga y de los pueblos de los alrededores hace casi dos meses de que atacarían a las tropas y el personal civil de la Fuerza Especial Conjunta». Según fuentes consultadas por Amnistía Internacional, después del ataque contra Baga del 3 de enero, miembros de Boko Haram informaron a los habitantes de la zona de que “su próximo objetivo era Monguno”, y éstos informaron a su vez a los efectivos del ejército en la zona.
Un habitante de Monguno dijo a Amnistía Internacional: “Estaban avisados. Todo el mundo lo sabía. Boko Haram vino el miércoles de la semana pasada [21 de enero] y dijo a los lugareños [del cercano Ngurno] que se fueran porque iban a atacar los cuarteles. Y ellos se lo dijeron a los soldados.”
Las autoridades de Nigeria tienen la responsabilidad de tomar todas las medidas que estén a su alcance para proteger a la población civil, y esto incluye ayudar a la evacuación de quienes deseen huir y transportarlos a zonas más seguras. También son responsables de informar a la población civil de los peligros y riesgos que corre. Según testigos, los efectivos del ejército en la zona no se esforzaron en ello.
El 29 de enero está previsto que el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana debata el despliegue de una posible fuerza regional contra Boko Haram.
“Si llega a desplegarse esa fuerza regional, es fundamental que tenga un claro mandato de protección a la población civil, y que todas las partes implicadas en el despliegue se ajusten al derecho internacional humanitario y de los derechos humanos», ha dicho Netsanet Belay.