La liberación de un hombre que ha permanecido 19 años condenado a muerte en Nigeria y que estuvo a segundos de ser ejecutado el año pasado es un doloroso ejemplo de la brutalidad e injusticia inherentes a la pena de muerte; así lo afirmado hoy Amnistía Internacional.
ThankGod Ebhos fue liberado en virtud de una orden que dictó el gobernador del estado de Kaduna basándose en su edad. Había sido juzgado y condenado a muerte por un tribunal militar en Kaduna en mayo de 1995, acusado de un robo a mano armada cometido en 1988.
Amnistía Internacional planteó dudas sobre la imparcialidad de los tribunales militares en Nigeria en aquel momento.
“La liberación de ThankGod Ebhos representa una gran esperanza para los muchos centenares de personas que languidecen en los pabellones de condenados a muerte de toda Nigeria”, ha dicho Netsanet Belay, director de Investigación y Relaciones Institucionales de Amnistía Internacional para África.
“Nigeria debe mantenerse en la línea del paso tan positivo que ha dado hoy, suspender de inmediato sus planes de llevar a cabo más ejecuciones y avanzar hacia la abolición de la pena de muerte de una vez por todas. Ejecutar a presos no es una manera eficaz de combatir el crimen.”
El 24 de junio de 2013, ThankGod estuvo a segundos de ser ejecutado, cuando los funcionarios de la prisión de Benín lo condujeron al patíbulo, lo obligaron a observar cómo ahorcaban a cuatro hombres y le dijeron que él era el siguiente.
La ejecución se suspendió cuando las autoridades penitenciarias se dieron cuenta de que el condenado debía ser ejecutado por un pelotón de fusilamiento y la prisión no estaba preparada para ello.
Los otros cuatro hombres fueron ejecutados a pesar de que estaba pendiente un recurso de apelación sobre sus causas.
“El prolongado sufrimiento de ThankGod demuestra que la pena de muerte no tiene cabida en el siglo XXI”, ha dicho Netsanet Belay.
En junio de 2014, el Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) ratificó su decisión anterior de dictar un mandamiento judicial para evitar que el gobierno llevara a cabo la ejecución de Thankgod.
“La liberación de Thankgod tras la decisión dictada por el Tribunal de Justicia de la CEDEAO en junio de 2014 demuestra cómo puede afectar una resolución semejante a la situación desesperada de un condenado a muerte que ha permanecido más de 19 años privado de libertad, y favorece que casos tan críticos se litiguen ante tribunales regionales”, ha dicho Jean-Sebastien Mariez, abogado de la sección francesa de Abogados sin Fronteras.
En 2013, cuatro hombres fueron ahorcados en Nigeria; eran las primeras ejecuciones después de más de siete años.
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, con independencia del carácter o las circunstancias del delito, de las características y la culpabilidad o inocencia del acusado y del método utilizado por el Estado para llevar a cabo la ejecución. La pena de muerte es una violación del derecho a la vida y una pena cruel, inhumana y degradante en grado máximo.
Amnistía Internacional pide a Nigeria que declare inmediatamente la suspensión oficial de las ejecuciones con vistas a abolir la pena de muerte.