Estados Unidos está prácticamente solo en mundo cuando se trata de encarcelar a miles de presos en régimen de aislamiento a largo plazo o por tiempo indefinido. Con arreglo al sistema estadounidense, los reclusos permanecen en celdas pequeñas soportando duras condiciones y teniendo la mínima interacción humana durante años, a veces decenios. La salud mental de muchos presos se resiente gravemente como consecuencia de ello y la presión lleva a algunos a quitarse la vida.
Éstos son algunos datos que debes saber sobre una de las prácticas más crueles y extendidas en Estados Unidos:
1. En más de 40 estados del país hay en todo momento unos 80.000 reclusos en régimen de aislamiento.
2. Normalmente se usan celdas de aislamiento de 3×2 metros que contienen un catre de hormigón, una mesa y un lavabo. Muchas no tienen ventana. 3. Los reclusos permanecen encerrados en sus celdas de 22 a 24 horas al día. La mayoría no tiene acceso a programas de trabajo o rehabilitación de ninguna clase.
4. El tiempo destinado a hacer ejercicio fuera de la celda se reduce a 5-10 horas a la semana, a menudo en patios de asfalto vacíos y rodeados de altos muros que no permiten ver el exterior; a veces incluso se hace en jaulas pequeñas.
5. En Arizona, las condiciones en las celdas de aislamiento son antihigiénicas: las paredes están salpicadas de orina y heces y los huecos por donde se sirve la comida rodeados de grasa, sangre y suciedad.
6. Las llamadas telefónicas están muy restringidas y, en algunos casos, completamente prohibidas. Las visitas son limitadas y una mampara de cristal separa a los presos de los visitantes. Algunos presos dijeron que habían pasado años, incluso decenios, sin ver a otro ser humano que no fuera un guardia penitenciario.
7. Las condiciones imperantes en las celdas de aislamiento, combinadas con la ausencia de programas de rehabilitación, pueden agravar problemas existentes de salud mental y hacer que surjan otros, como ansiedad, depresión y paranoia. Muchos internos padecen también pérdida extrema de peso y problemas de visión debido a las condiciones de reclusión.
8. Los índices de suicidio entre presos recluidos en unidades de aislamiento son muy superiores a los registrados en la población penitenciaria general.
9. A muchos los ponen en libertad directamente tras la reclusión en aislamiento, sin ningún programa de transición. En Arizona, por ejemplo, simplemente les proporcionan una tarjeta de identidad y 50 dólares antes de liberarlos.
10. Juan Méndez, relator especial de la ONU sobre la cuestión de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, pidió que la reclusión en régimen de aislamiento sólo se empleara en circunstancias muy excepcionales, como último recurso y durante el menor tiempo posible. Y afirmó que su aplicación a menores y personas con discapacidad mental debe estar absolutamente prohibida.