La protección para los millones de personas cuyas vidas están devastadas por la mala regulación del comercio mundial de armas dará un gran salto adelante el jueves, ha declarado Amnistía Internacional cuando se prevé que el histórico Tratado sobre el Comercio de Armas supere las 50 ratificaciones necesarias para iniciar la cuenta atrás de 90 días para entrar en vigor.
Argentina, Bahamas, Portugal, la República Checa, Santa Lucía, Senegal y Uruguay serán los últimos Estados que confirmen la ratificación del Tratado en una ceremonia que se celebrará en la sede de la ONU en Nueva York. Con ello, el Tratado se convertirá en ley internacional el 25 de diciembre de 2014, vinculando a todos los países que lo hayan ratificado antes de esa fecha.
“Esto es un hito en la lucha para acabar con el sufrimiento humano causado por la circulación irresponsable de armas. Antes de que finalice el año habrá unas normas globales firmes para impedir que la armas vayan a parar a manos de quienes cometen abusos”, ha declarado Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.
“Este extraordinario avance no habría sido posible sin el apoyo de más de un millón de personas que contribuyeron a mantener la presión sobre los gobiernos y dijeron ‘basta ya, el suministro de armas para cometer atrocidades y abusos debe acabar’. Pero la campaña no termina aquí, pues todos los Estados deben afrontar urgentemente la situación y comprometerse con el Tratado sobre el Comercio de Armas”.
Amnistía Internacional lleva captando apoyos y haciendo campaña infatigablemente desde mediados de la década de 1990 a favor de un Tratado sobre el Comercio de Armas. Cada día muere medio millón de personas, y millones más sufren heridas y violaciones y se ven obligadas a huir de su hogar como consecuencia de la mala regulación del comercio global de armas.
El Tratado incluye varias normas para impedir la entrada de armas en países cuando se sepa que se emplearían para cometer o facilitar que se cometan genocidios, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra u otras violaciones graves de derechos humanos.
Cinco de los diez primeros exportadores de armas del mundo —Francia, Alemania, Italia, España y el Reino Unido— ya han ratificado el Tratado. Aunque Estados Unidos todavía no lo ha hecho, sí lo ha firmado. Otros productores de armas importantes, como China, Canadá, Israel y Rusia, se resisten a la ratificación.
“Si los líderes políticos se toman en serio poner fin a la circulación de armas empleadas para cometer crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y la persistente violencia por armas de fuego que niegan a las personas sus derechos humanos, los gobiernos deben incorporarse al Tratado sobre el Comercio de Armas y empezar a aplicarlo efectivamente. No puede haber excusas para la inacción o la doble moral cuando se trata de un tratado que salva vidas”, afirmó Salil Shetty.
Amnistía Internacional lleva desde principios de la década de 1990 haciendo campaña junto con otras ONG para lograr unas normas globales firmes y legalmente vinculantes sobre las transferencias internacionales de armas que reduzcan la circulación de armas y municiones convencionales que alimentan las atrocidades y los abusos contra los derechos humanos. Más de un millón de personas en todo el mundo han pedido a los gobiernos que acuerden un Tratado sobre el Comercio de Armas fuerte con normas firmes para proteger vidas.
El 2 de abril de 2013, un total de 155 Estados votaron en la Asamblea General de la ONU la adopción del Tratado sobre el Comercio de Armas. Desde esa fecha han firmado el Tratado 118 Estados, que indican así su voluntad de incorporarlo a su legislación nacional. Aunque 42 Estados que apoyaron el año pasado la adopción del Tratado aún no lo han firmado, el impulso internacional para convertirlo realidad sigue aumentando.
Amnistía Internacional continúa documentando y denunciando transferencias irresponsables de armas que facilitan la comisión de abusos graves. Estas incluyen el envío masivo de armas desde China a Sudán del Sur, donde las dos partes del conflicto armado cometen actos terribles, y recientes suministros de armas a Egipto desde Estados Unidos, Chipre, la República Checa, Eslovaquia y Turquía a pesar del riesgo sustancial de que las fuerzas de seguridad egipcias las utilicen para cometer o facilitar que se cometan violaciones graves de derechos humanos.