5 DEUDAS DE PARAGUAY EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS

Hoy celebramos los 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ocasión en que los Estados han decidido conformar una comunidad internacional, que con valores como la solidaridad, la libertad, la igualdad, camine hacia medidas que proclamen y concreten la dignidad de todas las personas.

Indudablemente, muchos pasos se han dado desde entonces y en su gran mayoría por el empuje de miles de organizaciones y personas que de todo el mundo  exigen que se honre el compromiso de la comunidad internacional. Amnistía Internacional forma parte de ese conglomerado de organizaciones que seguirá impulsando que los derechos humanos sean una realidad para todas las personas; aún con mayor fuerza en aquellos lugares en los que hoy existe angustia ya que ahí están quienes más necesitan la vela encendida de la esperanza y la reivindicación.

Desde Amnistía Internacional Paraguay, más allá de los desafíos presentes, celebramos con alegría este día porque nos reafirmamos con decisión en no cejar esfuerzos en acompañar a las víctimas que confían en nuestro trabajo y compromiso.

Así también, recordamos al Estado las enormes deudas que aún tiene con una población que sigue aguardando y exigiendo que la mirada y acción sean puestas en lo que realmente implicará un mayor bienestar. Entre estas deudas, citamos, puntualmente las siguientes:

5 DEUDAS DE PARAGUAY EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS

  1. El Estado debe abordar la desigualdad existente en el país que se evidencia, entre otros,  en una gran  injusticia tributaria, que impacta desproporcionadamente en quienes menos tienen. Como canal de abordaje de este punto, debe urgentemente aumentar los recursos destinados a salud, fortalecer la estrategia de atención primaria y garantizar un sistema de salud público, gratuito, universal, integral, de calidad y con calidez.

2- El Estado debe implementar una educación integral de la sexualidad, con base científica, que permita abordar las terribles cifras de embarazos en niñas, feminicidios, transmisión de VIH, discriminación, entre otros aspectos. Además, el senado debe rechazar urgentemente la ley que pretende prohibir la perspectiva de género en el sistema educativo. Este proyecto, de aprobarse, otorga un mensaje minado de discriminación a la sociedad. Así también, las autoridades deben concretar un abordaje con perspectiva de género en todas las políticas públicas y adoptar medidas planificadas y progresivas de información  y concienciación dirigida a todas las personas que cumplan funciones al interior del Estado, a todas, para hacer frente a la desinformación que tiñen con mensajes erróneos, falsos y equivocados lo que es la mejor herramienta para abordar las asimetrías de género que producen tanto dolor a nuestra sociedad.

3- Se debe incorporar en la revisión del Anexo C de la Itaipú, las reivindicaciones de los Avá Guaraní Paranaenses, despojados  de sus tierras para la construcción de la hidroeléctrica y sin una reparación integral, privándolos de esta forma del disfrute de derechos fundamentales. Se debe abordar asimismo la urgencia acuciante en la que se debaten los pueblos indígenas en Paraguay y tomando medidas que protejan sus tierras y garanticen su consulta y participación, renunciando a los desalojos que además de violar normas constitucionales y convencionales, pone en inmensa inseguridad a comunidades enteras, niños, niñas, bebés, mujeres embarazadas, adultos mayores, entre otros.

4- Se deben promulgar la Ley contra toda forma de discriminación y la Ley de protección a personas defensoras de los derechos humanos a la vez de incorporar una educación en derechos humanos que realmente plasme la herramienta fundamental que ésta es para concretar la dignidad de las personas. Debe permitir, asimismo, la oportunidad de debatir participativamente en temas en los que la sociedad puede y debe conocer como la diversidad en toda su amplitud para derribar estigmas, tabúes, estereotipos que están impidiendo la necesaria armonía en quienes hacen a su población.

  1. Debe acercarse a su población con apertura y un interés genuino de escucha y decisión de construcción conjunta. El éxito de una sociedad que viva realmente los derechos humanos aún en disidencia, se cifra en  el diálogo  y participación. Los canales que ésta precise, incluyendo la protesta social, deben ser alentados y así también propiciar otros que posibiliten un diálogo sincero.

Junto con estos cinco enunciados, desde Amnistía Internacional Paraguay, en este Día Internacional de los Derechos Humanos, nos unimos a otras reivindicaciones de otras personas y colectivos fraternos, en la convicción que entre todos y todas, podremos hacer posible un país más justo.

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