Los dirigentes de Sudán del Sur deben impedir una “preocupante” propagación de la violencia

Comunicados de prensa

20 diciembre 2013

Las facciones combatientes en Sudán del Sur deben controlar de inmediato a sus tropas para impedir más ataques contra la población civil, ha dicho Amnistía Internacional en medio de la violencia que ha estallado en todo el país.

Cada vez hay más señales de que tropas y civiles armados de las dos mayores comunidades de Sudán del Sur, la dinka y la nuer, están llevando a cabo homicidios selectivos de civiles por su etnia.

Además, según los informes, tres miembros de las tropas de mantenimiento de la paz de la ONU perdieron la vida el jueves cuando jóvenes armados de etnia nuer irrumpieron en una base donde se refugiaban civiles dinkas en Akobo (estado de Jonglei).

“Los ataques contra civiles que buscan protección ante los combates son un giro sorprendente de este conflicto que adquiere cada vez más características de círculo vicioso”, ha dicho Netsanet Belay, director para África de Amnistía Internacional.

“El hecho de que estos ataques hayan sido efectuados por jóvenes armados es un preocupante signo de que el conflicto está yendo más allá de los combates entre soldados y se está adentrando en el ámbito de la violencia generalizada entre comunidades.”

Los combates se iniciaron el domingo en la capital, Juba, pero se han extendido a otras partes del país, como Jonglei, el mayor estado de Sudán del Sur.

La capital de Jonglei, Bor, dejó de estar bajo control gubernamental el miércoles por la noche, tomada por desertores del ejército de etnia nuer bajo el mando del general Peter Gatdet Yak. Éste afirma haber abandonado el ejército debido a los ataques de soldados dinkas contra civiles de etnia nuer en Juba.

También ha habido informes de ataques de soldados de etnia nuer contra civiles de etnia dinka en Bor, de donde han huido miles de civiles.

Aproximadamente 14.000 civiles han buscado refugio en el recinto de la ONU situado en las afueras de la ciudad, mientras que otros han huido a bosques cercanos. Mientras, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) evacuó a 70 trabajadores humanitarios de Bor a Juba ayer, y hoy están previstas nuevas evacuaciones.

En Juba, 20.000 civiles, entre ellos muchas mujeres y niños, han huido de sus hogares para refugiarse en dos bases de la ONU .

Los hospitales locales informan de más de 500 muertos en los episodios de violencia. Un elevado número de ellos son civiles muertos por disparos con arma de fuego, en muchos casos a corta distancia.

También ha habido muertes por heridas que indican que se han producido ataques de artillería.

Testigos presenciales en Juba dijeron a Amnistía Internacional que los soldados disparaban indiscriminadamente contra la población civil, mientras los tanques destruían viviendas en zonas civiles.

«Del número de víctimas de las que se tiene noticia en Sudán del Sur se deduce claramente que todas las partes deben hacer más por proteger a los civiles”, ha dicho Netsanet Belay, que ha añadido: “Atacar con artillería zonas civiles densamente pobladas es inaceptable, y constituiría una violación del derecho internacional humanitario”.

Amnistía Internacional ha sabido que los hospitales y el depósito de cadáveres de Juba están llenos.

Un médico del hospital militar dijo a la emisora de radio local Radio Tamazuj que los cadáveres de soldados y civiles cuyos familiares no acudían a identificarlos se sacaban del hospital en camiones para llevarlos a un lugar desconocido

«La situación humanitaria es motivo de grave preocupación, y no hará más que empeorar si continúa la violencia. Para Sudán del Sur ya supone un gran esfuerzo hacer frente a las elevadas cifras de heridos y desplazados”, ha dicho Netsanet Belay.

El gobierno ha intentado restar importancia a las afirmaciones de que el motivo del conflicto es la lucha entre comunidades.

Sin embargo, según fuentes locales, los soldados están desertando del ejército en función de su procedencia tribal.

Amnistía Internacional ha recibido preocupantes informes según los cuales en determinados casos los soldados atacan a los civiles según su etnia, al parecer matando a algunos en sus propias casas.

La organización ha recibido numerosos informes sobre la muerte de personas de etnia nuer a manos de soldados tras identificarlas en controles por sus tatuajes faciales característicos o sus documentos de identificación.

Al mayor hospital de Juba han llegado los cadáveres de al menos dos civiles de la comunidad nuer a los que ataron y mataron después a tiros.

«El origen de los combates entre facciones del ejército es cada vez más la violencia entre comunidades, que arrastra a los civiles al conflicto”, ha dicho Netsanet Belay.

«Los dirigentes de ambos bandos deben dar instrucciones a sus fuerzas para que no ataquen a los civiles, independientemente de la comunidad a la que pertenezcan, y se ajusten firmemente a sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario. Además, deben condenar la violencia llevada a cabo por civiles armados y tratar de suavizar las tensiones entre comunidades. Debe haber un cese inmediato de los actos de violencia y las declaraciones que puedan fomentar la violencia entre comunidades.”

Información general

El origen de los combates, que comenzaron con intercambios de disparos entre distintas unidades del la Guardia Presidencial en Juba el 15 de diciembre, sigue sin estar claro.

El gobierno de Sudán del Sur afirma que la violencia estalló debido a un intento de golpe de soldados leales al ex vicepresidente Riek Machar, destituido en julio de 2013, cuando el presidente Kiir disolvió todo su gabinete.

El 17 de diciembre, el sitio web oficial del gobierno de Sudán del Sur anunció la detención de 10 ex altos cargos, acusándolos de estar detrás de un intento de golpe fallido, y afirmó que el gobierno tenía la intención de detener a otros cinco, entre ellos Riek Machar.

Machar niega que el intento de golpe estallara debido al intento de golpe, pero ha pedido al ejército que deponga al presidente Kiir, acusándolo de “incitar a la violencia tribal y étnica”.

El presidente Kiir pertenece a la comunidad dinka, dominante en Sudán del Sur, mientras que el ex vicepresidente Machar pertenece a la comunidad nuer.

Los enfrentamientos entre comunidades datan de mucho antes de la independencia de Sudán del Sur, en julio de 2011, y han sido la causa de cientos de víctimas y miles de desplazamientos de civiles.

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