Turquía: La investigación criminal de un periódico por su información sobre Charlie Hebdo es un golpe demoledor a la libertad de expresión

Charlie

La investigación criminal abierta hoy contra uno de los mayores periódicos de Turquía por “insultar los valores religiosos” al informar sobre las controvertidas caricaturas publicadas en Francia constituye censura oficial y tendrá un efecto demoledor sobre el periodismo y la libertad de expresión, ha manifestado Amnistía Internacional.

La investigación se ha abierto tras la irrupción de la policía en la imprenta del diario Cumhuriyet en Estambul el pasado miércoles a raíz de que un fiscal descubriera que el periódico estaba editando una selección de caricaturas de la revista satírica francesa Charlie Hebdo.

El primer ministro turco calificó de “grave provocación” la reproducción de las caricaturas, señalando que “libertad de expresión no significa libertad de insulto”.

“Asaltar una imprenta o iniciar investigaciones criminales sobre periodistas por lo que un periódico publique constituye una drástica limitación de la libertad de expresión y es censura oficial”, ha afirmado Andrew Gardner, investigador de Amnistía Internacional sobre Turquía.

“Los periodistas no pueden informar con exactitud de las noticias sin proporcionar el contexto, y no deben ser objeto de investigaciones criminales ni cargos penales simplemente por hacer su trabajo. El derecho internacional de los derechos humanos no permite la restricción de la libertad de expresión sólo porque pueda resultar ofensiva o insultante.”

De acuerdo con las normas internacionales, el derecho a la libertad de expresión es aplicable a todo tipo de información e ideas, incluidas las que puedan ser muy ofensivas.

Cumhuriyet llevaba un suplemento de cuatro páginas de imágenes seleccionas de Charlie Hebdo en su edición del miércoles.

El periódico había decidido no reproducir en primer plana la caricatura de portada del semanario francés –un profeta Mahoma de ojos llorosos con el cartel “ JeSuisCharlie” bajo la cabecera “Todo está perdonado”–, pero dos de sus columnistas, Hikmet Çetinkaya y Ceyda Karan, la sacaron en sus artículos. Según Cumhuriyet, la investigación criminal es contra ambos columnistas. Las imágenes se han retirado ya de la edición online del periódico.

El personal de Cumhuriyet ha recibido también amenazas de violencia por publicar las caricatura, y un grupo de personas se ha manifestado ante sus oficinas en Estambul.

Ninguna otra publicación impresa de Turquía ha reproducido las imágenes de Charlie Hebdo, que han generado una polémica internacional.
Un tribunal de Diyarbakir, en el sureste de Turquía, ha dictado órdenes de bloqueo contra varios sitios de Internet que han publicado imágenes de la portada de Charlie Hebdo.

Se han dado ya muchos casos de tribunales penales turcos que han tratado las críticas como “insultos” y dictado sentencias condenatorias que violaban el derecho a la libertad de expresión. Es frecuente utilizar de este modo legislación penal sobre la difamación, pero toda denuncia de difamación o insulto debe resolverse por la vía civil, no por la penal.

Hay en particular una tendencia creciente a entablar acciones judiciales por la expresión de opiniones consideradas insultantes para el islam. En una causa de 2013 se declaró al pianista Fazil Say culpable de “denigrar el islam” en aplicación de una ley que prohíbe “incitar al odio o la hostilidad”. De acuerdo con el derecho internacional de los derechos humanos, la protección de las creencias religiosas o de otra índole o de la sensibilidad de los creyentes no es una razón permisible para restringir la libertad de expresión, y “denigrar” una religión no constituye incitación al odio.

Hoy mismo ha habido una señal más de la fragilidad de la libertad de expresión en Turquía: los profesionales de un segundo periódico, Yeni Akit,han recibido amenazas, y unos manifestantes han atacado en Estambul sus oficinas por haber publicado imágenes consideradas insultantes hacia el presidente fundador de Turquía Mustafá Kemal Ataturk.

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