Sangriento rastro de destrucción y muerte de civiles en el sur de Yemen sembrado de indicios de crímenes de guerra

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Uno de los vecinos supervivientes de la localidad de Ali al- Qaed Hakm © Amnesty International

Los ataques aéreos de la coalición liderada por Arabia Saudí y los ataques perpetrados por grupos armados afines y hostiles a los huzis en Taiz y Adén (Yemen) han causado un gran número de muertes entre la población civil –incluidas varias decenas de niños–, que podrían constituir crímenes de guerra; así lo afirma Amnistía Internacional en un documento que ha publicado hoy.

En ‘Nowhere safe for civilians’: Airstrikes and ground attacks in Yemen la organización pone el foco sobre los efectos de los ataques aéreos ilegítimos de la coalición contra barrios residenciales densamente poblados y los ataques desproporcionados e indiscriminados perpetrados en zonas civiles por grupos armados leales y hostiles a los huzis que actúan sobre el terreno.

“La población civil del sur de Yemen se encuentra atrapada en el mortífero fuego cruzado entre los grupos leales y hostiles a los huzis sobre el terreno, y al mismo tiempo soporta la amenaza constante de los ataques aéreos de la coalición. Todas las partes de este conflicto han mostrado un desprecio implacable y gratuito por la seguridad de los civiles», ha afirmado Donatella Rovera, asesora general de Amnistía Internacional sobre respuesta a las crisis.

“El documento describe con espeluznante detalle el rastro terrible y sangriento de destrucción y muerte de los ataques ilegítimos cometidos por todas las partes en Taiz y Adén, que pueden constituir crímenes de guerra.

Ataques de la coalición liderada por Arabia Saudí

En una visita de investigación a Yemen realizada en junio y julio de 2015, Amnistía Internacional ha investigado ocho ataques aéreos de la coalición dirigida por Arabia Saudí, que causaron la muerte de al menos 141 civiles e hirieron a 101 más, en su mayoría mujeres y niños,. Los indicios reunidos revelan un patrón de ataques dirigidos contra zonas densamente pobladas, incluidas viviendas civiles, una escuela, un mercado y una mezquita. En la mayoría de los casos no se pudo localizar ningún objetivo militar en las proximidades.

“Las fuerzas de la coalición han incurrido en flagrante incumplimiento de las obligaciones contraídas en virtud del derecho internacional humanitario al no tomar todas las precauciones necesarias para reducir al mínimo el número de víctimas civiles. Los ataques indiscriminados que ocasionan la muerte o lesiones a civiles constituyen crímenes de guerra», ha afirmado Donatella Rovera.

Según contó un residente al describir los momentos posteriores a un ataque contra un complejo residencial habitado por trabajadores de una planta de energía, perpetrado en Mokha el 24 de julio, había «cabezas y cadáveres» desperdigados por todas partes, envueltos en fuego y cenizas”, y comparó la visión con una escena del «día del juicio final”. Otro residente local contó a Amnistía Internacional que le seguían atormentando los recuerdos de ir caminando entre «charcos de sangre y miembros amputados» procedentes de más de una veintena de víctimas.

Un ataque llevado a cabo por la coalición el 9 de julio causó la muerte de 10 miembros –entre ellos 4 niños– de una familia que se había refugiado en una escuela en el norte de Adén tras desplazarse de su hogar a causa de los combates. “Vinimos aquí huyendo de la guerra –contó a Amnistía Internacional el padre de tres jóvenes muertas en el ataque–, no teníamos otro lugar adonde ir.»

En otro ataque aéreo ilegítimo perpetrado el 7 de julio murieron 11 fieles en una mezquita situada en Waht, en el norte de Adén. Personas que el día anterior habían presenciado un ataque aéreo en un mercado de ganado, también en el norte de Adén, relataron escenas espantosas de la sangría a Amnistía Internacional. Un sobreviviente contó que un fragmento de metralla le había desgarrado el abdomen y le había lesionado órganos internos. Otros testigos presenciales describieron la escena como «una masacre». “Había fragmentos corporales y sangre de animales y seres humanos, todo mezclado. Fue muy penoso de ver», dijo.

Ataques de los grupos armados que combaten sobre el terreno

Amnistía Internacional investigó asimismo 30 ataques perpetrados en Adén y Taiz por el grupo armado de los huzis, con el apoyo de fuerzas armadas y de seguridad leales al ex presidente Alí Abdulá Salé, y por grupos armados hostiles a los huzis; los enfrentamientos armados sobre el terreno entre unos y otros se saldaron con 68 muertos y 99 heridos entre la población civil.

Los combatientes de ambos bandos emplearon sistemáticamente armamento poco preciso, incluidos cohetes tipo Grad, proyectiles de mortero y fuego de artillería, en zonas residenciales densamente pobladas, mostrando un desprecio absoluto por la seguridad de los civiles. Estos ataques indiscriminados pueden constituir crímenes de guerra.

En uno de esos ataques, los cohetes disparados el 1 de julio contra el barrio de Al Mansura, en Adén, alcanzaron dos hoteles en los que se refugiaban familias desplazadas. Entre los civiles heridos más graves estaban Amal Ali y su bebé de 18 meses. “La metralla le atravesó el cráneo y el ojo izquierdo, causándole lesiones internas –contó de su hijo–. Perdió el ojo y está en coma.” Otros cuatro miembros de su familia, entre ellos su bebé de tres meses, también resultaron heridos. Como consecuencia de ese mismo ataque, una mujer de 55 años sufrió parálisis de cuello para abajo.

Uno de los ataques más mortíferos de los perpetrados el 19 de julio fue llevado a cabo por los huzis y sus aliados en Dar Saad, en Adén, en el que murieron 45 personas, en su mayoría civiles.

Muchos ataques aparentemente procedían de barrios civiles densamente poblados, en contravención del derecho internacional humanitario. Un residente contó que los civiles estaban atrapados en medio de los enfrentamientos armados: “Ellos combaten y nosotros estamos atrapados en medio, pero no tenemos otro sitio adonde ir.»

En varios casos documentados hubo niños que resultaron muertos o heridos cuando jugaban en la calle o junto a su casa. El informe contiene asimismo varios relatos perturbadores y macabros de testigos presenciales y sobrevivientes que describen cadáveres completamente seccionados y miembros amputados.

Según un testigo de un ataque, un niño echó a correr hacia él con la sangre resbalándole por el cuello y un agujero en la cabeza de la metralla, y había «fragmentos de cerebro pegados a las paredes y ventanas».

“La absoluta falta de medidas por parte de todos los bandos del conflicto para reducir al mínimo los riesgos para la población civil durante los combates ha tenido consecuencias verdaderamente demoledoras para los civiles. La atrocidad de los daños causados a las víctimas pone de manifiesto el verdadero horror y la realidad de la guerra así como los mortíferos y duraderos efectos de estos ataques en la población civil», ha dicho Donatella Rovera.

Comisión de Investigación de la ONU

Amnistía Internacional ha pedido al Consejo de Derechos Humanos de la ONU que establezca una comisión internacional para investigar con independencia e imparcialidad los presuntos crímenes de guerra cometidos durante el conflicto.

A fecha de 4 de agosto, al menos 1.916 civiles han perdido la vida como consecuencia de los enfrentamientos armados en Yemen, según datos de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. El conflicto armado ha ocasionado la destrucción parcial o total de al menos 207 bienes de carácter civil, incluidas propiedades e infraestructuras.

“Los autores de los crueles ataques contra civiles en Yemen deben saber que pagarán las consecuencias y serán obligados a responder de crímenes de guerra. Si la comunidad internacional no investiga a los autores de estas violaciones de derechos humanos ni los obliga a rendir cuentas, probablemente no cesarán los ataques ni las muertes y lesiones generalizadas de civiles”, ha afirmado Donatella Rovera.

“Los autores de los crueles ataques contra civiles en Yemen deben saber que pagarán las consecuencias y serán obligados a responder de crímenes de guerra. Si la comunidad internacional no investiga a los autores de estas violaciones de derechos humanos ni los obliga a rendir cuentas, probablemente no cesarán los ataques ni las muertes y lesiones generalizadas de civiles”, ha afirmado Donatella Rovera.

Además, una aguda crisis humanitaria ha agravado el sufrimiento de la población civil en el sur de Yemen. Al menos el 80 por ciento de la población necesita ayuda humanitaria. Servicios básicos como el suministro de agua limpia y de electricidad están interrumpidos y los precios de los alimentos se han disparado.

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