Menores entre los 12 presos ejecutados en Pakistán

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La ejecución masiva de 12 personas realizada hoy en Pakistán pone de manifiesto las terribles consecuencias de la decisión del gobierno de reanudar las ejecuciones de todos los condenados a muerte, ha declarado Amnistía Internacional.

Los 12 hombres fueron ahorcados esta mañana en diferentes prisiones del país; habían sido declarados culpables de delitos como “terrorismo” y asesinato. Desde que se suspendió la moratoria de las ejecuciones en diciembre de 2014, Pakistán ha ejecutado a 39 personas, entre ellas a Muhammad Afzal, que tenía 16 años cuando fue condenado a la pena capital

La semana pasada el gobierno de Pakistán confirmó el cambio de su política sobre la pena de muerte anunciando la reanudación de las ejecuciones para todos los condenados y no sólo para los declarados culpables de delitos relacionados con el “terrorismo”.

“La noticia de que esta mañana han sido ejecutadas otras 12 personas en Pakistán es desalentadora. Aparentemente, el gobierno está totalmente decidido a cumplir la promesa de enviar a la horca a todos los condenados a muerte, incluidos los menores”, dijo David Griffiths, director adjunto del Programa Regional para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional.

“A este ritmo, Pakistán se está convirtiendo en uno de los países del mundo que más ejecuciones realiza, un club vergonzoso al que ningún país debería aspirar a entrar. El gobierno debe volver a imponer de inmediato la moratoria de las ejecuciones con vistas a la abolición definitiva de la pena de muerte.”

“El derecho internacional prohíbe claramente el uso de la pena de muerte contra personas que eran menores de 18 años cuando se cometió el delito.”
El 19 de marzo está prevista la ejecución de otra persona condenada cuando era menor de 18 años, Shafqat Hussain; Amnistía Internacional ha expuesto serios motivos de preocupación sobre la falta de imparcialidad procesal en su caso.

“Los ahorcamientos de hoy muestran lamentablemente las terribles consecuencias de la decisión del gobierno de reanudar las ejecuciones e incluir a todos los presos condenados a muerte. Hay miles de personas condenadas a la pena capital y la mayoría ha agotado el proceso de apelación, por lo que el número de vidas en peligro es abrumador”, concluyó David Griffiths.

“La pena de muerte es siempre una violación de los derechos humanos, pero los serios motivos de preocupación que suscita la ausencia de imparcialidad procesal que empaña el sistema de justica de Pakistán hacen que su uso sea aún más preocupante.”

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