Menores de edad entre 15 civiles ejecutados sumariamente en el norte de Siria

Comunicados de prensa

5 junio 2014

Amnistía Internacional ha recibido información sobre una terrible incursión que sufrió el 29 de mayo un pueblo del norte de Siria, donde fueron ejecutados sumariamente 15 civiles, entre ellos 7 menores de edad, y que hace temer que se produzcan nuevos ataques contra los habitantes de la zona.

Se cree que los homicidios de Al Tleiliye, pueblo de la gobernación de Al Hassake, fueron obra de miembros del Estado Islámico de Irak y Al Sham. Se atacó a familias campesinas árabes, aparentemente por su presunto apoyo a un grupo armado kurdo, las Unidades de Protección Popular (YPG), o porque las confundieron con kurdos yazidíes.

Los homicidios se produjeron poco después comenzar a intensificarse los enfrentamientos entre las fuerzas del Estado Islámico de Irak y Al Sham y las YPG en los cercanos pueblos de Tal Janzeer y Al Rawiya.

“Estos homicidios cometidos a sangre fría son un amargo recordatorio de hasta qué punto la total impunidad de los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad están fomentando la comisión de actos brutales e inhumanos en Siria”, ha señalado Philip Luther, director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

“Amnistía Internacional pide al Estado Islámico de Irak y Al Sham, así como a los demás grupos armados y fuerzas de todas las partes en el conflicto, que respete el derecho aplicable en los conflictos armados y ponga fin de inmediato a las ejecuciones sumarias, la tortura, y los ataques deliberados contra civiles.”

Un testigo presencial que llegó al pueblo poco después de los homicidios ha descrito a Amnistía Internacional espantosas escenas:

“Entré en una casa y vi a dos mujeres muertas en el suelo. Entre ellas había un niño, probablemente de seis años, también muerto. Continué mi camino y vi a un hombre tendido en el suelo y, junto a él, una camioneta convertida en cama. Había en ella una mujer muerta, con tres niños; todos parecían menores de 10 años […] Seguí andando y vi a dos hombres muertos en el suelo […] Más allá vi a otro hombre que yacía, muerto, junto al muro de una casa. Le habían disparado en la cabeza. Seguí andando y vi a unos hombres que ponían cuatro o cinco cadáveres en un automóvil, entre ellos el de una niña que tendría siete ocho años”.

Fuentes de un hospital de Ras al ‘Ayn (Serêkanîye, en kurdo) han contado a Amnistía Internacional que el centro recibió 15 cadáveres el mismo día. A la mayoría de las víctimas les habían disparado en la cabeza. También habían llevado al hospital a dos mujeres heridas, una de ellas con lesiones en el pecho y en un muslo.

Los cadáveres eran de cinco hombres, tres mujeres y siete niños de dos familias distintas, según la información recibida por Amnistía Internacional. Pertenecían a una comunidad campesina predominantemente árabe del pueblo de Al Sfeera, gobernación de Alepo, que cultiva tierras propiedad en su mayor parte de kurdos de credo yazidí. El Estado Islámico de Irak y Al Sham y otros grupos armados consideran a los yazidíes infieles, por lo que la mayoría de éstos huyeron de la zona en 2013, tras tomar aquél el control de ella.

“Los ataques parecían tener por objeto sembrar el terror en la comunidad que vive en la zona para obligarla a desplazarse –ha afirmado Philip Luther–. Amnistía Internacional teme que estos homicidios se cometieran como represalia contra ella por el apoyo que parecía prestar a las YPG, directamente o a través de los kurdos yazidíes propietarios de las tierras, o porque les confundieron con kurdos yazidíes.”

Fuentes de la zona han explicado a Amnistía Internacional que, en su opinión, aparte de los probables motivos y del hecho de que el Estado Islámico de Irak y Al Sham esté activo en la zona, por la indumentaria y la conducta de los atacantes y por la bandera que llevaban, el responsable fue este grupo.

Se cree que los combates entre el Estado Islámico de Irak y Al Sham y las YPG han estallado como consecuencia de una disputa por el control de grandes cantidades de cereales almacenadas en el pueblo de Tell Halaf, que está bajo el dominio de las YPG. El mismo día de las ejecuciones sumarias, se incendiaron cosechas de kurdos yazidíes en Al Tleiliye y sus inmediaciones.

Amnistía Internacional pide al Consejo de Seguridad de la ONU que remita la situación en Siria a la fiscal de la Corte Penal Internacional para que se investiguen de manera imparcial e independiente los crímenes de guerra, como los de Al Tleiliye, que se están cometiendo y se lleve a los presuntos responsables ante la justicia.

La organización insta además al gobierno de Turquía a que investigue a toda persona –incluidos los miembros del Estado Islámico de Irak y Al Sham– que se encuentre en su territorio y sea sospechosa de haber cometido u ordenado cometer crímenes de guerra en Al Tleiliye u otras partes de Siria. Si hay pruebas admisibles suficientes, los presuntos responsables han de ser sometidos a un juicio justo.

El gobierno turco debe también impedir la entrada de combatientes y los flujos de armas al Estado Islámico de Irak y Al Sham y otros grupos armados responsables de graves violaciones del derecho internacional humanitario en Siria. Además, Amnistía Internacional pide a los Estados del Golfo que se abstengan públicamente de prestar apoyo económico o de otra índole, en especial de hacer transferencias de armas al Estado Islámico de Irak y Al Sham y a otros grupos armados responsables de crímenes de guerra o de graves abusos contra los derechos humanos en Siria.

Información complementaria:

Nombres de las víctimas:

Amnistía Internacional ha sido informada del nombre y edad de las 15 víctimas por una organización de derechos humanos cuyos trabajadores desean que se mantenga en el anonimato para no perjudicar a los activistas que tiene sobre el terreno. Son cinco hombres, tres mujeres y siete menores de edad.

Los hombres son: Ahmed Mahmoud Joma’, de 19 años; Hassan Mohammed Joma’, de 22; Jassem Ibrahim Mohammed, de edad desconocida; Mahmoud Joma’ Bin Haj Latfo, de 60, y Mohammed Ibrahim al-Hassan, de 35. Las tres mujeres: ‘Aisha Hussein al-Hamdo, de 25 años; Amina Mahmoud Joma’, de 27, y Ghazaleh Hussein al-Hamdo, de 20. Los siete menores: Asmaa’ Mohammed Hussein, de 11 años, Hussein Mahmoud Hussein, de tres; Ibrahim Mohammed Ibrahim, de siete; Khaled Mohammed Ibrahim, de 11; Mohammed al-Hamdo, de 5; Mohammed Mahmoud Hussein, de 1, y Sahar Mohammed Ibrahim, de 12.

El yazidismo es una religión monoteísta, relacionada con el zoroastrismo. Sus adeptos son minoría en la minoría étnica kurda de Siria. Se sienten muy expuestos a sufrir ataques del Estado Islámico de Irak y Al Sham y otros grupos armados como consecuencia de sus creencias, por lo que la mayoría de ellos han abandonado sus pueblos y se han mudado a otras partes de Siria o han buscado refugio en otros países, según entrevistas con kurdos yazidíes que Amnistía Internacional ha realizado en los últimos meses.

 

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