Situación actual de la Comunidad Indígena Yakye Axa

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Por: Soledad Aquino, Activista de Amnistía Internacional Paraguay

La comunidad Indígena Yakye Axa, es una comunidad del Pueblo Enxet del Chaco Central, al igual que muchas otras comunidades indígenas, ellos han sido desposeídos de sus tierras ancestrales, viven desde hace 24 años al costado de una carretera, en condiciones extremadamente precarias. En el Departamento de Presidente Hayes.

En el año 2005, la Corte Interamericana exigió a Paraguay que devolviera a esta comunidad sus tierras ancestrales. Para hacer posible esto, dio a las autoridades un plazo de tres años. Sin embargo, hasta la fecha éstas personas siguen viviendo al costado de la carretera, si bien, las tierras ya fueron compradas por el Estado paraguayo, ellos aún no pueden usufructuar ese territorio por falta de un acceso hasta ese lugar.

Hemos conversado con los líderes de la Comunidad Yakye Axa, Albino Gómez, Inocencia Gómez y Aníbal Flores. En esta oportunidad, los lideres han expresado su profunda preocupación por la inacción del Estado para solucionar sus necesidades desde la más básica, hasta la más específica, como es, la construcción de un camino.

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La construcción del anhelado camino, inició el año pasado (2016), esto trajo esperanza a la comunidad, puesto que llevan 24 años esperando alguna acción por parte del Estado.

“Cuando empezó la construcción del camino, todos nos pusimos muy contentos, nuestra esperanza de por fin habitar en nuestras tierras de forma digna volvieron a fortalecerse. Sin embargo, con el correr del tiempo, vimos que la construcción no avanzaba a causa del uso de maquinarias viejas, que ya no están en condiciones para este tipo de trabajo”. Expresó Aníbal Flores.

Y la construcción del camino por fin llegó, pero no con el mismo interés y con las mismas ganas con la que la comunidad lo esperaba. Las máquinas utilizadas por el MOPC, una niveladora y una tapadora están prácticamente obsoletas, no pueden trabajar más de una hora porque se recalientan, esto hace que el proceso sea aún más lento. Teniendo en cuenta que esa zona es baja, cuando llueve prácticamente queda inundada, es necesario cargar mucha arena para que el camino no quede bajo agua, esto tampoco se está realizando.

“Nosotros necesitamos un camino de 34 kilómetros para llegar hasta el territorio que se nos fue entregado. En agosto del presente, se cumplirá un año desde el inicio de la construcción, y apenas se ha realizado 7 kilómetros de camino, ni siquiera la mitad”. Comentó Albino Gómez.

“Siento que los responsables de la construcción no están haciendo su trabajo con interés. Pido a las autoridades que se tome con seriedad este trabajo, y que pongan a cargo de la construcción a una persona realmente responsable y comprometida. También pedimos que cambien las máquinas por otras que realmente estén en condiciones”. Dijo Flores.

“Vamos a solicitar una audiencia con el Ministro de Obras Públicas para hablarle sobre nuestros problemas, que el escuche de nuestras bocas la necesidad que tenemos. Y exigiremos que nos explique porque el MOPC no está haciendo su trabajo. Le solicitamos con urgencia que cambien las maquinarias por otras más nuevas que funcionen bien, y, en el caso de no poder, entonces, queremos solicitar que una empresa privada haga el trabajo, si el MOPC no lo va a hacer. Si no nos dan una solución en la brevedad posible, vamos a volver a presentar un informe a la Corte Interamericana”. Expresó contundentemente Albino Gómez.

Y no es para menos que estén exigiendo y presionando, pues, las necesidades por la que pasa la comunidad pone en riesgo la vida de los niños, niñas y personas de edad adulta.

“Necesitamos de agua potable con urgencia, porque actualmente estamos tomando agua de un tajamar, y de ese tajamar beben los animales y nuestros hijos también, y muchos de nuestros hijos se enferman por beber agua sucia. El Estado tiene que proveernos de agua potable, es su obligación, pero esto no está sucediendo, ellos se desentienden totalmente de nosotros”. Agregó Inocencia Gómez.

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La comunidad Yakye Axa está compuesta por 50 familias, son prácticamente 200 personas viviendo en condiciones de riesgo. No cuentan con agua potable, no reciben asistencia sanitaria por parte del Estado. Ellos deben buscar la manera de asistir a las personas enfermas. Inocencia Gómez, enfermera y partera de la comunidad, es quien se encarga de brindar atención médica a las personas y a las mujeres embarazada en estado de parto.

“Le pido a Dios que me ayude siempre, yo soy enfermera, y cuando alguien se enferma, soy yo quien los atiende, cuando no puedo hacer mucho por ellos, no queda de otra, tienen que ir al hospital más cercano, eso implica pagar pasaje, comida, y muchas veces no hay. Cuando recurrimos a la Gobernación, siempre nos dicen que no tienen combustible en sus vehículos para trasladar a los enfermos a los hospitales”. Dijo Inocencia.

Es Inocencia, quien cada tanto viaja hasta Asunción en busca de medicamentos auxiliares en los Centros de Salud pública. Ella con sus esfuerzos debe conseguir dinero para cubrir sus gastos de pasajes y alimentación.

“Queremos que las autoridades, salgan de sus despachos y vayan a las comunidades a ver nuestras necesidades, que conozcan nuestra realidad, quizás así, hagan algo por nosotros”. Mencionó Inocencia Gómez.

La educación es otro problema que la comunidad debe afrontar, sus hijos no siempre pueden ir a la escuela. Una escuela súper precaria, no cuenta con pizarrones, no tiene pupitres, ni muebles para los libros, según cuenta Inocencia, las paredes se están derrumbando. El docente encargado de la institución también hace el papel de director. Es una sola persona quien esta a cargo de la escuela, y obviamente es muy poco lo que puede hacer.

En cuanto a la alimentación, la comunidad recibe un kit de alimento una vez al mes, pero no alcanza, porque solo reciben cinco kilos, cantidad que no abastece para 200 personas.

Es indignante que el Estado no provea de lo necesario para éstas personas, teniendo en cuenta que la Corte Interamericana exigió al Estado Paraguayo que asista a la comunidad con alimento de calidad y en cantidad necesaria para que ellos no pasen hambre, también exigió que recibieran asistencia médica con frecuencia, a modo de evitar muertes por enfermedades tratables.

“Somos muchas personas, y hay muchos niños acá, y los niños no entienden, cuando tienen hambre tienen que comer, entonces los padres sufrimos mucho al no poder darles”. Lamentó Inocencia.

Aníbal Flores lamentó que los niños, adolescentes y jóvenes estén perdiendo sus años de estudio. “Yo soy padre de familia, tengo hijos adolescentes, ellos están creciendo muy rápido y siento que los años de aprendizaje se van perdiendo, a mí como papá me gustaría transmitirles mis conocimientos en cuanto a trabajo, que ellos aprendan a trabajar la tierra, a construir, a valorar estas habilidades, pero no puedo enseñarles porque ahí en el lugar donde actualmente estamos no tenemos permitido construir nada. Siento que nuestros hijos están creciendo sin estudio, sin experiencia, sin conocimientos, me duele mucho. Todo esto porque no podemos estar en nuestras tierras, por falta de un camino que nos lleve hasta ahí”.

“Estamos luchando desde hace 24 años años, es mucho tiempo. Sin embargo, no vamos a desistir, sabemos que todavía hay mucha lucha por delante, pero no perdemos la esperanza, ni las fuerzas”. Albino Gómez.

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